En Coatepeque, comerciantes del metamercado de aquella población encontrar un el cuerpo de vida de un bebé de aproximadamente tres días en un morral. Días antes y en el baño del lugar fueron encontrados restos de placenta. Esto lo leí en la página 4 de Prensa Libre de hoy y no pongo enlace porque no encontré la noticia en línea.
Cuando leo de casos así me pregunto:
1. La madre de ese bebé, ¿tenía otra opción?
2. Si la hubiera tenido, ¿hubiera optado por dejarlo por ahí?
3. ¿Lo dejó por ahí, o se le murió antes?
4. Si las madres que no pueden -o no quieren- criar a sus hijos tuvieran la posibilidad de renunciar con facilidad a la patria potestad, ¿se salvarían algunos de los niños que terminan tirados como si fueran basura?
5. Si una madre que no puede -o no quiere criar a sus hijos pudiera ofrecerlos a quienes desean desesperadamente amar a un hijo y criarlo, y estas personas pudieran contribuir económicamente a la buena gestación y nacimiento del bebé. ¿Eso salvaría a algunos de los niños que terminan tirados en morrales, o en bolsas, o envueltos en periódicos?
6. ¿Hasta donde es que la ley antiadopciones y los prejuicios contra la renuncia a la patria potestad son responsables de estas tragedias?
La ley antiadopciones es respopnsable de gran cantidad de estos casos. Hace muchos años las trabajadoras sociales les aconsejaban a las madres que abandonaran al bebé en el hospital cuando naciera. Cuando pasaban los días y nadie lo reclamaba, un juzgado lo declaraba en abandono y se podían seguir los trámites de adopción de manera legal. Parece increible que UNICEF, la gran protectora de los niños, empezara una de las campañas contra las adopciones en Guatemala.