De acuerdo con una denuncia presentada en el Ministerio Público los nombres 90 pacientes de cáncer y linfoma gástrico -en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social- fueron utilizados para interponer alrededor de 27 amparos en las tres instancias de las salas laborales para solicitar que les fuera retirado el suministro del medicamento original a cambio de un genérico.
El medicamento genérico, en cuestión de días, les causó a los usuarios una reacción alérgica grave llamada anafilaxia, la cual puede ser mortal; y casusó miopatia (enfermedad que causa debilitamiento total de los músculos).
Los afectados se abocaron a los oncólogos, a quienes les hicieron saber los efectos que les producía el nuevo medicamento; yse llevaron la sorpresa que existían amparos, supuestamente presentados por ellos mismos y resueltos a su favor por las Salas, en las que se le ordenaba al IGSS el cambio de la medicina.
Yo tengo dos preguntas: Si este asunto hubiera ocurrido en un hospital privado…¿de qué tamaño sería el escándalo? Y luego, ¿de qué tamaño serán las reacciones siendo que el asunto ocurrió en el seguro social estatal? Algo así, ¿hubiera llegado tan lejos en un hospital privado? Los asuntos de este tipo, ¿tienen igual trato si ocurren en el sector público, como si ocurren en el sector privado? ¿Por qué?
Lástima que la noticia que origina estas preguntas no menciona el nombre del medicamento. ¿Verdad?
Qué maldición caer en manos de esos infames.