El fiambre, la globalización y la comida típica…por GIS

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Comparto, con ustedes, la columna titulada: Ahora que se acerca la época del fiambre; por mi amigo, Giancarlo:

Nunca cultivé el arte –ahora, al parecer, ya ciencia– de la cocina. Admiro a las personas que tienen habilidades culinarias. Toman unos cuantos ingredientes, los mezclan con precisión y preparan deliciosos platillos en cuestión de minutos.  Entre las madres –que velan por la nutrición y el paladar de su respectiva familia– y los grandes “chefs” mundiales han convertido la cocina en un asunto de magos. Por lo menos es magia para una persona como yo, que ni siquiera puedo preparar unos sencillos huevos revueltos. Así, pues, mis respetos a todos los cocineros y cocineras que hacen de la cocina un exquisito laboratorio químico, para satisfacer los gustos de todos y dejar el corazón contento. De ahí que no ofrezco recetas ni hago recomendaciones culinarias. Sería un atrevimiento poco cauteloso de mi parte y muy arriesgado para mis lectores.

Así y todo, ahora que se acerca la época del fiambre, pongo sobre la mesa una breve opinión económica en torno a la cocina. La globalización es principalmente la extensión del comercio entre personas, sin importar su ubicación geográfica.  El punto focal de la globalización es la cocina. Revisen los ingredientes de platillos “nacionales” y se encontrarán con que los mismos provienen de distintas partes del globo terrestre. Nada hay más italiano que la pasta. Pero la pasta es de origen chino y llegó a Italia en la época de Marco Polo.  Hoy los chinos agregan chile (“Capsicum”) a un gran número de recetas de comidas “típicas”. Pero el chile (“Capsicum”) se origina en Mesoamérica y llegó China hace más de doscientos años, gracias a la globalización. Vemos así que, al contrario de lo que se reporta en la prensa, la globalización no es algo nuevo, sino propio de los últimos siglos.

Regreso al fiambre. Un buen amigo –que además de tener una pluma privilegiada es un gran “chef”– dice que el fiambre es “megachapín”.  La mayoría de los ingredientes del fiambre son originarios de otras tierras. La butifarra, la longaniza, las sardinas y los jamones, ingredientes todos indispensables para un buen fiambre, provienen de Europa. La ganadería y sus derivados eran desconocidos en la época precolombina. Tampoco eran conocidos los garbanzos, las habas, las lentejas o los guisantes (arvejas para nosotros). Nuestros platillos “nacionales”, apreciados por millones de finos paladares, son hoy producto de la globalización.

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