Un amanecer ígneo…y luego la neblina

Cuando me desperté, hoy en la mañana, el cielo estaba de un rojo ígneo y fiero muy impresionante.  En lo que fui a por mi cámara el rojo se convirtió en  una paleta de rojos, anaranjados, amarillos, celestes y violetas.  Pocos segundos después noté que desde el sur del valle una niebla particularmente espesa estaba cubriéndolo todo.  Arboles, edificios y casas quedaron bajo el manto nuboso.  Y todo ello ocurrió frente a mis ojos.

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  1. Geraldine Pearse

    Con un amanecer así, qué más se puede pedir.