A ver…los niños sicarios no brotaron entre el miércoles pasado y hoy. El crío que ayer asesinó a un taxista ya tenía entre 10 y 12 años. Este asunto de los niños asesinos no existiría hoy si los chapines -y los políticos y funcionarios a los que les dieron su voto y su dinero en impuestos- hubiéramos actuado responsablemente hace por lo menos 15 años. Sospecho que si no actuamos responsablemente -los electores, los tributarios y los pipoldermos– el problema va a ser una pesadilla espantosa dentro de uno, dos, o tres lustros.
Es evidente que todo el sistema de seguridad ciudadana es un fracaso. La Policía Nacional Civil, el Ministerio Público, los tribunales de justicia y el sistema penitenciario son un fracaso. Eran un fracaso hace quince años, son un fracaso ahora y sospecho que dentro de un año, o cinco van a seguir siendo un fracaso. De verdad no veo cómo podría ser distinto. Tal vez no tengo la información necesaria para ser optimista; y si ese es el caso, por favor cuéntenme de qué maravillas me estoy perdiendo. Tal vez quede perplejo.
Por lo pronto mi aporte es el siguiente: exploremos soluciones distintas para combatir la delincuencia. Acabemos con la guerra perdida contra las drogas. ¿Y si pensamos fuera de la caja? ¿Muy feo? Claro que lo de los niños sicarios no es sólo un problema del derecho penal. Temas como la paternidad irresponsable, o el de los obstáculos para la creación de riqueza y de oportunidades de empleo tienen que ser abordados al margen de perjuicios ideológicos.
Bruce Benson, a quien ya les he recomendado antes, nos da luces al respecto de la primera parte de la propuesta.
[…] 27 de enero pasado sugerí que hay que explorar soluciones distintas para resolver el problema general de la delincuencia incontrolada e impune. Pero…¿qué […]