¿Dulces, o joyas?

A mí me encantan las obras de Dale Chihuli; y de chiquito me fascinaba con las piezas de Millefiori.  Tal vez por eso -y porque son bien ricos- me impresionaron los dulces de Papabbuble, la tienda de Fontabella.   Son caramelos artesanales, bellos y sabrosos.  El lugar es entre tienda y taller.  Uno puede ver a los artesanos preparando los caramelos, y el proceso -salvando las distancias- recuerda al de los talleres de vidrio en Murano.

Los colores, los aromas, los sabores y las texturas son como miles.  Y yo celebro tanta belleza, y a los emprendedores que hacen posible que gocemos de todo aquellos.

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