¿Y los defensores de los “derechos humanos”? Ni cuío

Mynor Escobar, de 41 años, fue decapitado en Jalapa.  Sus atacantes le cortaron la cabeza con un machete y la pusieron en una bolsa.  Su hermano, y su abuelo, don Genaro fueron heridos por los mismos atacantes.  La noticia está por ahí, en una esquina; y entre ayer y hoy no vi, ni oí, a defensor alguno de los derechos humanos clamar por la sangre de Escobar.  Pero…¿cómo iba a ser de otro modo? Escobar era finquero, y, ¿qué oligarca de los derechos humanos, o qué oenegero que se respete va a conmoverse por el asesinato de un finquero?

Es como en Barillas, Huehuetenango.  Una turba atacó a un grupo de soldados y los dejó mal heridos; y ni cuío hicieron los paladines de la Procuraduría de los Derechos Humanos, o de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala.  La turba destrozó un hotel; pero…¿a quién le importan los hoteleros?

¿Qué irá a hacer el Ministerio Público? ¿Habrá una investigación exahustiva para dar con los asesinos de Escobar?…¿O quedarán impunes?  ¿Será, Escobar, una víctima de la todopoderosa dirigencia popular que organiza invasiones, destruye, golpea y decapita?

De paso, y aparentemente, Escobar pudo defenderse y puede ser que tres de sus agresores hayan recibido plomo.  ¿Pueden, los cómplices de aquellos invasores, esconder sus cuerpos? Y, ¿por qué?

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