Prácticas fascistas y oligárquicas entre nosotros

El corporativismo es una idea fascista que supone que la participación en la cosa pública parte de la actividad específica que las personas desarrollan en la sociedad; y que, desde esa posición, eligen a los mejores, entre sus iguales, para que los representen.

De esto me acordé cuando leí que  la política chapina contará con un Consejo Económico y  Social, órgano consultivo que aconsejará al presidente Otto Pérez Molina en temas laborales, políticos, económicos y sociales.

Los   consejeros confirmados  por parte del sector sindical son: Miguel Ángel Lucas, José David Morales, Carlos Alberto Luch, José Luis Yac, Adolfo Lacs, Ramiro Eduardo Herrera, Joviel Acevedo y Rigoberto Dueñas.

En representación del sector empleador acudirán Enrique Neutze Aycinena, Fraterno Vila Girón, Felipe Bosch Gutiérrez, Ricardo Villanueva, Guillermo González, Jorge Montenegro, Carlos Amador y Ernesto Morales,

Los delegados titulares del sector cooperativista serán José Ángel López Camposeco, Rodolfo Orozco, Leonardo Delgado, Edwin Eduardo Andrade, Edin Barrientos, Sthephani de Paz, Ítalo Antoniotti Lira y Edy Alberto Escobar.

Es interesante como el corporativismo facilita las negociaciones políticas entre grupos de interés, dejándo al margen a los tributarios y electores que no están vinculados a los grupos oligárquicos que tienen el privilegio de integrar los grupos consultivos.

¿Por qué oligárquicos? Pues porque una oligarquía es una forma de gobierno en la que el poder está en manos de pocas personas; la oligarquía es un grupo minoritario de personas, pertenecientes a un mismo estrato social, generalmente con gran poder e influencia, que dirige y controla una colectividad, o institución.  Mira los nombres en cada uno de los grupos y verás que siempre son los mismos.  La misma gente, de los mismos grupos de interés, usando el poder y su influencia para velar por los intereses de sus grupos de interés.

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