De paseo por la Feria de agosto

La Feria de agosto o de Jocotenango es la fiesta patronal de la ciudad de Guatemala.  Como en todas las de su tipo abundan la comida tradicional, los entretenimientos y los juegos mecánicos.  Y yo tenía por lo menos unos 6 u 8 años de no ir.

El sábado caí por ahí atraído por la curiosidad y por los buenos amigos.  Comí elote asado con limón y sal, garnachas, churros, atol de elote y un taco con salsa.  Me divertí viendo como goza la gente, vi huipiles extraordinarios entre las señoras que venden dulces típicos, me mojé con la lluvia y la pasé muy bien.  ¿Sabes qué no vi ahora? aquellos pajaritos que sacan papelitos con la suerte.  Y, ¿sabes qué me dio risa? Que ahora la mayoría de churrerías no se llaman La occidental, ni nada parecido; sino Kevin y Jonathan.  Noté, también, que en las loterías ya no se usan las frases que antaño servían para cantarla.   Ya no se escuchan frases como ¡El sol, cachetes de gringo!; ¡En negrito, calzón rayado!; ni ¡La muerte quirina, que andando se orina!…como me gustaría acordarme de más, o que algún lector compartiera las que recuerda.

Mis recomendaciones por si vas a ir hoy son: lleva un paraguas y come en los restaurantes que están después de los juegos mecánicos porque la música es mejor.

Pensando las cosas, cuando era niño no fui muchas veces a la Feria.  Quizás unas dos o tres.  Recuerdo muy bien una vez que me maree mucho en uno de los juegos mecánicos; y otra en la que me gané una botellita de vino blanco en el tiro al blanco,  muestrecita que mi madre usó sazonar un pollo.  En una de esas dos regresé a casa cargado de panecillos propios de esas festividades.

Por otro lado, como yo crecí en la Avenida Independencia, que corre paralela, aunque ligeramente distante de la Avenida Simeón Cañas, cada año oía muy bien la música de la Feria.  Esta por cierto, se celebra junto al diamante Enrique Torrebiarte, al final de la avenida citada, donde antaño se ubicaban el Templo de Minerva y el Hipódromo del Sur y aún está el Mapa en Relieve; área que mucho antes era el pueblo de Jocotenango.  Feria, o no feria n esa área siempre hay juegos mecánicos, y cuando niño me gustaban mucho el trencito y el resbaladero gigante.

En fin…cada quien cuenta de la feria como le fue en ella…y yo me la pasé re bien.

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4 comments

  1. Buen día desde el otro lado del charco Luis. Remembrando las cantadas de lotería, había un chiste que no recuerdo cómo terminaba, pero iba algo así: en una feria de pueblo al usual cantor(?) se le había ido la voz, por lo que paró reclutando a un tipo de la calle. El tipo dice cual barrabasada se le ocurre para dar los nombres, y una en particular(que es la única que recuerdo). “Entra al pueble, persig’ a las mujeres, se chup’ todo el guar’, se orin’ en la calle”. “¡El borracho!”,exclama un niño. “No señosh, el maldit’ soldad'”… ¡Lotería!

  2. Si habian pajaritos , por lo menos el domingo, lo triste era la contaminación de los partidos que aburren la feria cada cuatro años. Ese chiste del soldado de Pedro Ramírez es viejo pero bueno

  3. […] todo: atol de elote, churros, garnachas, conserva de coco, canillitas de leche, tacos, plataninas, y todas esas cosas propias de estas festividades.   Fue muy divertido el resbaladero y mis amigas se gozaron mucho los […]

  4. […] volví unas tres veces más con los únicos propósitos de ir al tiro al blanco, jugar lotería y comer churros y atol de elote; así como comprar canillitas de leche, colochos de guayaba, encanelados, […]