Hoy se hubiera celebrado el Primer Día nacional de la tortilla, si no hubiera sido porque el Ministerio de Cultura mandó a cancelar la fiesta. Los de siempre dispusieron que había intereses oscuros y racistas detrás de la propuesta y se acabó la celebración.
Yo si celebraré a las tortillas hoy. A mí me gustan mucho, siempre que sean recién salidas del comal y de maíz nuevo. Me fascinan con mantequilla y sal y hubo un tiempo en que me comía 12 con el almuerzo, cuando había una tortillería frente a mi casa y aquellas delicias venían directo a la mesa con sólo atravesar la calle. Me gustaban mucho, en otro tiempo, cuando la cocinera Marina me llevaba unas con hierbas o aguacate, mientras miraba televisión ¡antes de almorzar!
Allá por 2002 compramos un comal en la casa y, para su inauguración, llegó mi amigo Rafa a enseñarnos a tortear. Así que una noche hicimos huevos al comal, pollo deshebrado y un grupo de amigos queridos y yo tratamos de aprender a hacer tortillas a mano. Yo no tengo el talento, así que no las hago a mano. Pero así como entonces hicimos fiesta para inaugurar el comal, hoy me comeré mis tortillas con doble gusto: por el placer de hacerlo, y por el placer de reirme de los trabes de la gente. La foto es de aquella celebración en 2002.
Yo apoyo el día de la tortilla.
Cómo saborear un buen recado sin una tortilla recién salida del comal? y aunque sean recalentadas con sal..mmmm
Pero bueno… cuentan los que estamos no necesitamos a un burócrata que nos confirme lo que ya sabemos: VIVA LA TORTILLA DE MAIZ!