Después del proceso de permisos y licencias ––en el que incluso se vio obligado a firmar una irrisoria declaración jurada en la que prometía no hacer ritos satánicos en el local–– … “Bad Attitude” se fue consolidando, poco a poco, en un espacio en el que las diversas “tribus” urbanas se sentían cómodas para convivir en paz entre las calaveras y telarañas que al parecer a algunos incomodan. José Farnés, propietario de un bar en la zona 1, al comentar los disparates por los que tuvo que pasar para abrir su negocio que ahora está bajo acoso.
Don Luis. Siempre hay dos caras de la moneda. El hecho que alguien se considere artista, y “a la vanguardia” de la sociedad, no lo exime de sus obligaciones civicas. Si la gente del barrio se queja de bulla, de comensales mal portados, etc., es algo que amerita investigacion. Para eso sirven las autoridades competentes, en este caso La Muni (aunque sea de su desagrado), es la institucion competente. Es parte de la convivencia en paz, que las dos partes se pongan de acuardo en el bien mutuo, bajo las reglas pre establecidas (incluso firmar un papel que prohiba los ritos satanicos…).
Hola Juan Carlos: Parte de la conviviencia social -y fudamental- es el respeto a los derechos individuales como la libertad de expresión y la de cultos, entre otras. En realidad, las únicas obligaciones “cívicas” son las de respetar igualmente los derechos de todos. De modo que prohibir los ritos satánicos es, en todo caso, un grave abuso contra aquellas dos.
Esto sin contar con lo absurdo que es suponer que los roqueros -sólo porque sí- son adoradores del Príncipe de las Tinieblas. ¿Les harán firmar un papel semejante a los que ponen restaurantes con marimba, o bares de jazz? Me atrevo a apostar a que no. La verdad es que da entre risa y rabia el asunto por decimonónico y por malintencionado.
En todo caso, si un negocio causa externalidades lo que hay que hacer es buscar como remediarlas; pero la verdad sea dicha, casi que no hay ninguno que no las ocasione en menor, o mayor medida. Si causa daños, es otra cosa; pero estos deben ser probados y específicos y para eso son los tribunales.
Don Luis, indudablemente es tonto suponer que todo rockero es discipulo de Lucifer y un chiste el asunto de firmar un papel renunciando a cultos satanicos en un negocio que va por inversión y cuenta propia. A lo que voy es que si no hay una ley que especificamente prohiba tales cultos, pues seran las dos partes que se pongan de acuerdo en las reglas del juego. En este caso, seran los vecinos quines decidan dentro del marco de leyes vigentes, que caracter de vecindario quieren. Me imagino que pude que haya vecindarios donde consideren que tocar marimba es de mal gusto y que por eso prefieren solo bares rockeros. Si no se entienden, seran los juzgados (asi como ud. bien subraya) quines deliberen quien está pasando sobre los derechos del otro. Vale la pena mencionar que dentro de una urbe con plan de ordenamiento territorial (como Guate) hay planes de conservación. Por lo tanto, adicionalmente a las leyes de conviviencia estan los reglamentos municipales para el uso de los inmuebles.