El saqueador quiere más dinero

Voy a decirle lo que puede hacer.  -señaló los apartaderos donde unos vagones estaban siendo cargados con lingotes.- Eso que ve ahí es metal Rearden.  Acérquese con sus camiones, igual que cualquier otro saqueador, pero sin riesgo alguno, porque no dispararé contra usted, cosa que sabe perfectamente, tome todo el material que desee y márchese…Si desea ese metal, tiene las armas para tomarlo. ¡Adelante! Así le dijo Hank Rearden al enviado del gobierno que llegó a tratar de convencerlo de que le vendiera parte de su metal al estado.  En La rebelión de Atlas, por Ayn Rand, Hank entiende que el gobierno es la fuerza y que tiene las armas y el poder para tomar lo que desee; y que no hay necesidad de aparentar que no es un saqueador cuando quiere serlo, ni de aparentar que no duda en usar la fuerza cuando así le conviene a sus intereses.

De esto me acordé cuando leí que la administración socialdemócrata de Los Colom quiere más dinero de los tributarios y que quiere más impuestos directos.  El monstruo saqueador está dispuesto a tomar lo que desea y seguramente va a usar la fuerza para hacerlo.  Es como con el metal de Hank Rearden.

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3 comments

  1. Qué casualidad. He estado leyendo la biblia de los randianos (Atlas desencadenado) y poco a poco me doy cuenta que Luis, Jacobs, Marta, Zapeta, Carroll Rios, y Warren Orbaugh todo lo contrastan con dicho texto. Sus heroes y villanos están mecánicamente trastocados a la realidad cotidiana de Guatemala (y del mundo en general); cuanta razón tienen aquellos, como Rothbard, de acusar a Rand de crear un culto, no en base a la religión, sino en base a la “razón” y la “ciencia”, según la concepción de la filósofa rusa.¿Leeran otra cosa los randianos?¿Todavía creerán que Rand es la filósofa más grande de la historia después de Aristóteles?

  2. Estimado don Carlos…ya ve…”ha estado leyendo el libro”; pero ni siquiera sabe el título. Saludos

  3. Saludos Luis. Lo que pasa es que depende la traducción: algunos lo traducen como la Rebelión de Atlás, otros Atlas desencadenado, aunque si nos limitaramos a traducir de manera literal el libro se titularía algo así como “Atlas se hunde de hombros” o “Atlas ha encogido los hombros”. Y sí, he estado leyendo “el libro”. Por cierto, acabo de terminar la Ley de Bastiat, en una edición del CEES de 1963.
    Nos seguimos comunicando.