La Revolución y su relación con los "empresaurios"

Nuestra agenda política era proteccionista y favorecía al empresario nacional ante el extranjero; esto admitió Alfonso Bauer Paiz, al referirse a la Revolución del 20 de octubre de 1944.

De esto se desprende que La Revolución era cómplice de los empresarios proteccionistas, empresarios mercantilistas, o empresaurios que tradicionalmente no han dudado en usar la fuerza del estado para servir sus intereses.  Es decir, que no han dudado en usar al estado para que sus intereses prevalezcan sobre los derechos individuales de todos.  ¡Con razón a los revolucionarios y los empresaurios les incomoda el liberalismo clásico!

El liberalismo sostiene que ni los intereses particulares, ni los intereses colectivos deben prevalecer sobre los derechos individuales.  Sostiene que todos somos iguales ante la ley; y por eso se opone abierta y decididamente contra los privilegios.  Rechaza, por ejemplo, prácticas como el intervencionismo; y lo hace por razones morales, y no por razones meramente utilitarias.

Si usted tiene dudas, échele un ojo a La economía en una lección, por Henry Hazlitt.  En ese manual, aquel liberal genial y en la línea de otros grandes como los liberales Ludwig von Mises y Friedrich A. Hayek, o la objetivista Ayn Rand, tiene un capítulo que se llama ¿A quién protegen los aranceles?, uno que se llama El afán de exportar y otro que se titula La salvación de la industria X.  En los tres, y con su pluma privilegiada, Hazlitt explica por qué es que lo que hacían los revolucionarios, alcahueteando empresaurios, esta mal.  De acuerdo con lo que se acostumbraba, muchos empresaurios hicieron fortuna con prácticas proteccionistas; pero gracias a la ciencia económica y al liberalismo, ya se conocen el daño económico y moral que hacen esas políticas.  Y afortunadamente, más y más herederos de fortunas hechas al amparo del proteccionismo y de los privilegios luchan abiertamente contra ellos.

Por favor, tome usted nota: Los liberales escribimos y actuamos contra el proteccionismo y contra todo privilegio; en cambio, los revolucionarios son cómplices del proteccionismo y se ufanan de patrocinar privilegios.  Los liberales nos oponemos a los privilegios para los empresaurios; pero La Revolución, los multiplicaba.  No se deje engañar; porque quien lo confirmó fue Alfonso Bauer Paiz, uno de los íconos vivientes de La Revolución y ex ministro de Economía y Trabajo del gobierno de Juan José Arévalo.

La foto es de Alfonso Bauer Paiz, durante su intervención en un foro.

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