Resulta que el Trifinio no se para

La adquisición de tabletas Levitra , para corregir la disfunción eréctil, la compra de seis camisas Pierre Cardin, el pago de comida y bebidas en Retro Bar, y servicios en la barbería Papillón son algunos gastos que los delegados de la Vicepresidencia de la República facturaron a nombre del Plan Trifinio. Rafael Espadita Espada, que es el vicepresidente de la República y el encargado de la lucha contra la corrupción es el mero jefe del tal Trifinio.


La compra de Levitra fue hecha en la Farmacia Zuiva de El Sauce, el lunes 9 de marzo de 2009 a las 3:33 p.m., o sea, en día y horas hábiles por alguien que pidió la factura a nombre del Plan Trifinio. ¿Cuántas facturas parecidas no habrá por ahí entre las montañas de comprobantes que circulan entre miles de funcionarios? ¿Habrá facturas por Levitra, en la Corte Suprema de Justicia, antes de algún viaje?

Me puse a buscar y encontré que el objetivo del Trifinio es contribuir a la integración Centroamericana, mediante una acción conjunta de Guatemala, El Salvador y Honduras que tienda al desarrollo integral, armónico y equilibrado de la región fronteriza de los tres países. Y visto así, casi parece evidente que es un proyecto que no se levanta. Y no voy a comentar mucho al respecto porque tanto para Espadita, como para su testaferro, Oscar Perdomo, ha de ser algo embarazoso el descubrimiento de la compra de Levitra; dado que ha de ser muy incómodo estar al frente de un proyecto que no se yergue.

Supongo que el Trifinio, ¿de Espadita, o de Perdomo?, no se para por lo de siempre. Aveces es cuestión de tiempo, aveces son las tensiones, y quién sabe si es algo físico. Esto de las relaciones internacionales es complejo y más si se tiene una historia convulsa como la que hay en el área. No olvidemos que Honduras y El Salvador hasta tuvieron una guerra.

Debe consolar, ¿a Espadita, o a Perdomo?, el hecho de que su Plan no se pare solo, es algo que es posible que afecte a otros políticos y burócratas. Ya otros vicepresidentes y burócratas que estuvieron ahí, sin duda se enfrentaron al mismo problema, dado que, según recuerdo, eso del Trifinio viene desde tiempos del vicepresidente Roberto Carpio. ¿Habrán tenido el mismo problema Paco Reyes y Eduardo Stein? La auditoría distractora que pidió Espadita, ¿investigará si aquellos personajes sintieron que necesitarían de ayuda exterior para levantar el Trifinio?

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