El lector, Carlos Paredes, comentó la entrada titulada Mi cantina progresa. Paredes dice que Pensar que todos los “inditos” que reciben los Q 300.00 se lo matan en licor, para mí en lo personal es una idea racista lo podrán hacer algunos pero no todos.
Claro que es una generalización; pero no es un comentario racista. De hecho, el alcoholismo es un problema serio en las poblaciones indígenas, hasta el punto en que, como lo señala el mismo Paredes, en poblaciones como Comitancillo, San Marcos; y Santiago Chimaltenango, San Sebastián y Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, las autoridades han sentido la imperiosa necesidad de prohibir la venta de licor.
Precisamente hoy, leemos un reportaje que relata cómo es que en Joyabaj, Quiché, las autoridades han tomado una decisión en aquél sentido. En éste reportaje nos enteramos de que en lo que va de 2010, las muertes por intoxicación alcohólica han sido la segunda causa de muertes en el municipio, con 14.29 por ciento. Los que defienden la medida creen que así disminuirán la delincuencia y el vandalismo; y creen que así se protegerá a la niñez, la juventud y la población de las acciones derivadas del consumo de alcohol. Un miembro del grupo Guardianes del Vecindario, que promovió la medida refirió que la mayoría de problemas que ocurrían el el casco urbano lo causaban personas en estado etílico.
Está creciendo el número de poblaciones indígenas en las que se está promoviendo la prohibición de vender alcohol a ciertas horas, porque parece evidente que ese es un problema que aflige a las personas que viven en esas poblaciones.
Yo creo que es una aproximación equivocada para el problema, y creo que las prohibiciones de ese tipo generan mercados negros y corrupción. Creo que se andan por las ramas, en vez de atacar las raíces del problema; y que sacrifican la libertad en pos de una percepción de seguridad.
Quizás habría que serenarse un poco y empezar por reconocer que hay un problema, para luego proceder a buscar las mejores formas de resolverlo de fondo; en vez de recurrir a prohibiciones y a otras acciones cortoplacistas, distractoras y potencialmente peligrosas para la libertad y la responsabilidad.
Los indígenas no son el único grupo humano que tiene problemas con el alcohol consumido irresponsablemente. Los rusos, por ejemplo, también lo tienen, y los finlandeses, también; y las mujeres noruegas que trabajan, también. Hay bibliografía abundante sobre el alcoholismo entre los indígenas, no sólo guatemaltecos, sino latinoamericanos. Hay familias -de todas las etnias y de todos los niveles económicos y educativos- que tienen aquel tipo de problema. Y reconocer la existencia del mismo, así como dimensionarlo apropiadamente son los primeros pasos para resolverlo. Y creo que la negación, es la vía equivocada.
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This entry was posted on viernes, febrero 5th, 2010 at 7:02 pm and is filed under indígenas, Libertad, racismo, Responsabilidad.
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Gracias por su comentario, Anónimo. Lamentablemente no lo publico, precisamente porque viene anónimo. Saludos
El consumo de bebidas fermentadas entre los indígenas se remonta a tiempos inmemoriales; sin embargo, en pleno siglo 21 es penoso ver que la práctica continúa por un lado, por falta de educación y por otro, porque el gobierno con sus falsas pretensiones de ayudar económicamente a la población, fomenta la vagancia y como dice el viejo refrán: "lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta".¡No es posible que no haya otras opciones a esta de regalar dinero en efectivo!