Tras la verdad y la justicia. Rosenberg/Musa

En el largo plazo, lo que nos acerque a la verdad y a que se haga justicia, contribuirá al desarrollo de un estado de derecho, dije hoy en la mañana cuando hablé en Emisoras Unidas sobre las hipótesis de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, acerca del caso Rosenberg/Musa.

La verdad, por cierto, es el producto del reconocimiento o identificación de la realidad; y la realidad es, independientemente de nuestras percepciones, nuestros caprichos, nuestros prejuicios y nuestras preferencias. ¿Y la justicia? Juzgamos con justicia cuando lo hacemos basados exclusivamente en la evidencia de los hechos y tomamos en consideración toda la evidencia relevante que está disponible.

Mi afirmación, claro, se enmarca en el hecho de que comparto la idea de que el progreso de la humanidad (comenzando con el de las sociedades de personas libres) es un largo proceso de prueba y error en el que los individuos –cada uno de nosotros – aprenden de sus éxitos y de sus equivocaciones. Por eso es que los triunfos son tan importantes como los fracasos; y por eso es que aprendemos tanto de lo que nos sale bien, como de lo que nos sale mal. Por eso es que no hay que ignorar, ni ocultar, ni disfrazar los errores. ¡Por eso es que no hay que falsear la realidad!

Dicho lo anterior, es un error celebrar las hipótesis de la Cicig en el contexto de un triunfo de las clases obreras y campesinas frente a los camisas blancas. Siempre ha sido un error tratar el tema Rosenberg/Musa como si fuera un asunto de lucha de clases porque en la persecución de la verdad y la justicia, ¿qué relevancia tendría aquella perspectiva?

Más bien, ¡empeñémonos en buscar la verdad y la justicia! Yo le digo, a quien quiera oírme, que estamos escribiendo las páginas de los libros de Historia que leerán nuestros hijos, nietos y bisnietos. Le digo, a quien quiera oírme, que estamos en momentos similares al 15 de septiembre de 1821, o al 20 de octubre de 1944 para poner dos fechas de importancia histórica para los guatemaltecos. Guatemala es una república que está siendo construida ahora mismo y por nosotros; y de lo responsable, o irresponsablemente que actuemos ahora, dependerá el futuro que espera a quienes vienen detrás de nosotros. Estemos siempre dispuestos a buscar la verdad y la justicia ¡hasta en las plazas y calles!, cuando sea necesario y donde sea.

Preguntémonos, entonces, ¿cómo fregados es que llegamos hasta aquí y por qué hemos permitido que lleguemos hasta aquí? ¿Qué principios, valores y vicios –sostenidos durante cuántas décadas– hicieron posibles las cosas que denunció Rosenberg en su vídeo póstumo?

Empeñémonos,entonces, en construir sobre principios, valores y virtudes que contribuyan a la convivencia pacífica y a la prosperidad, aunque para ello haya que aprender de aciertos y de desatinos; y aunque para ello haya que aprender más sobre la condición humana.

El drama que envuelve a Rodrigo Rosenberg, a Marjorie Musa y a Khalil Musa nos acerca a historias que conocemos muy de lejos en las tragedias clásicas de Romeo y Julieta, de Marco Antonio y Cleopatra, o de Werther y Lotte. Y a riesgo de parecer cursi, en medio de tiempos interesantes, no está de más meditar y asomarse un poco a los abismos oscuros e inefables a los que conduce la desesperación.

Las hipótesis de la Cicig están sobre la mesa; y tendrán que ser analizadas y sometidas a pruebas en un procedimiento judicial. Y a usted le toca meditar sobre su responsabilidad, y sobre su compromiso con los que dice que son sus principios y sus valores. No con consignas, sino con sus principios y valores; sin falsear la realidad, en persecución de la verdad y de la justicia.

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3 comments

  1. Juan Pablo Dardón

    Excelente reflexión!

  2. Juan Carlos Sagastume Leytan

    Totalmente de acuerdo contigo LuisFi, muy profundas y claras palabras. Ojala tomemos en cuenta lo que esta sucediendo y podamos rectificar, porque el ser humano se puede equivocar pero puede rectificar.

  3. vamos por un camino de reconciliación lo más importantes es aprender a base de trabajo y unión.