Doña Mari, echele la bendición a mi hija

Este diálogo sucedió en realidad.  Doña Mari, perdone que la moleste; pero ya pasé a la iglesia y el padre no está y yo necesito que le echen la bendición a mi hija…y yo confío en usted ya sabe, dice una madre verdaderamente angustiada, acompañada por su hija de unos 19 años.  Pase usted, con gusto, contesta Mari; pero ¿por qué es la prisa?  Y a esa pregunta, la madre contesta: Es que va a pagar una extorsión, y yo quiero que diosito la acompañe y que regrese viva.


Comments

comments

4 comments

  1. Qué tremendo, Luisfi. Me congelaste la sangre.

  2. El ultimo De Paz

    Ante el rotundo fracaso del gobierno, no queda mas que atenerse a la voluntad de Dios.Pero…y los que no tenemos religión?y los ateos?Esos son los que tienen la esperanza en propuestas reales y tangibles como ProReforma

  3. Edwin Méndez

    ¡Que obscena realidad!

  4. Cristian Mejía

    Cruda realidad, no baja con agua, baja con sangre y dolor.