Las puras ganas de vivir

La que está en primer plano es una planta de orégano y su destino era ir a parar a un spaghetti a la boloñesa, a un guacamol, o a algo parecido. Eran sólo unas hojitas pegadas al tallo y me las regaló mi amiga, doña Lucy.

Como las iba a usar para cocinar las puse en mi balcón para que se secaran…y resultó que si bien es cierto que las más maduras se secaron, las pequeñas de la punta del tallo empezaron a crecer; y unas nuevas salieron en la parte media del tallo. Y lo que iba a servir para sazonar un almuerzo, cobró vida. Dejó de ser un montoncito de hojas cortadas, y pasó de ser vida potencial a vida real. Mis hojitas de orégano se convirtieron en una plantita de esa misma especia, y bueno, ahora está creciendo rápida y alegremente.

¡Esa plantita tenía ganas de vivir! y ahora, desde su maceta, seguramente me proporcionará muchas más boloñesas y guacamoles, de los que estaba planeado.

Comments

comments

Comments are closed.