La diarrea legislativa no va a acabar con la delincuencia y la corrupción rampantes que cada día están más ofensivas y más descaradas. Vea usted, si no,
el caso de las vacunas y la OPS. ¡Más pelado, no se puede ser!
Pero vamos a lo que es de fondo. Hoy leo que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala pide
delitos para castigar a corruptos. Lo cual me parece
boludo, como dirían mis cuates argentinos. Digo, porque es el mismo tipo de razonamiento que suponía que una ley contra el robo de teléfonos móviles iba a acabar con los robos de esos aparatos, o la que suponía que una ley contra el femicidio iba a evitar los asesinatos de mujeres. Es el mismo tipo de razonamiento que cree que con una ley de armas restrictiva, los delincuentes van a buscarse un empleo y van a dejar la vida criminal. ¿De qué sirvió ponerles pena de muerte a los secuestradores si nadie se atreve aplicarla?
Leo, en cambio, lo que dijo Baltazar Garzón:
La impunidad es grave. El juez instó a los jueces a que no les tiemple la mano para reverir esa injusticia.
¡Claro!, si el problema no es la falta de leyes. ¡El problema jodido es que las leyes que hay ni se cumplen, ni se hacen respetar! ¡El problema es que el Organismo Judicial está pintado, asustado y castrado!
Comments
comments
This entry was posted on viernes, marzo 13th, 2009 at 10:34 pm and is filed under Baltazar Garzón, cicig, corrupción, impunidad, salud.
You can follow any comments to this entry through the RSS 2.0 feed.
Both comments and pings are currently closed.
Tienes razón, no hace falta diarrea legislativa, sino que se cumplan las leyes. Tu artículo acaba de comprobar el punto de que tampoco hace falta reformar la constitución. No hace falta proreforma
aaaah, lo que acabas de hacer tiene nombre: se llama “non sequitur”.