Diputados recibieron madreada

Como ochenta mil jicaques ha de andar Sandra Evita Torres, que junto a su esposo Alvaro San Nicolás Colom, hizo el ridículo en Cuba cuando ambos fueron a ofrecerle la Orden del Quetzal a Fidel Castro y este no quiso recibirlos.

De hecho, el viernes reunió a los diputados del partido gobernante y los fustigó: “Nadie salio en defensa del Presidente con el viaje a Cuba. Les recuerdo que yo tuve que llamarlos personalmente pra que enfrentaran a los medios y defendieran los programa de cohesión social”. Así reclamó la Doña, por la supuesta falta de lealtad de su gente en el Congreso.

Lo cierto, sin embargo, es que dada la reacción ciudadana luego de la afrenta en La Habana, y por la tontera de ir a pedir perdón por Bahía de Cochinos, sin que el tirano de la Isla se disculpara por los miles de muertos del enfrentamiento armado, lo mejor que pudieron hacer los diputados de la administración socialdemócrata fue tratar de no embarrarse.

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