Novedades en mi mesa

Un güicoy al que se le puede comer la cáscara y camotes de piel blanca. Estos fueron los hermosos obsequios de mi amiga Carmen y, además de hermosos, estaban deliciosos.

Me llamó la atención, lo dulces que eran. Me comí ambos vegetales sólo cocidos para probar su sabor natural; pero me imagino que un ante con esos camotes ha de ser muy, pero muy bueno. Y a mí, por cierto, me gusta mucho el dulce de güicoy sazón horneado en su cáscara, que es uno de mis postres favoritos. Especialmente con un toque discreto de Zacapa Centenario.
Y no puedo hablar de camotes sin recordar que cuando yo era niño había camotes de pulpa morada. Porque estoy seguro de que más de una vez, en casa de mi abuela, comimos ante de camote morado, tubérculo que ha desaparecido completamente del mercado.
Estos vegetales, por cierto, los cultiva y promueve la Misión Técnica de Taiwán.

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