Los guatemaltecos no debemos atar nuestra estrella a los desatinos que se cometen en los demás países del Istmo.
Es inaceptable que la importación de productos con cero arancel tenga que esperar; porque los ministros de Centroamérica pidieron un compás de espera a la medida anunciada por la administración chapina el 1 de junio.
Esta administración anunció la reducción de aranceles para la leche en polvo, maíz amarillo, huevo de gallina, harina de trigo, harina de maíz, aceite vegetal comestible corriente, pollo, arroz de segunda, fertilizantes y agroquímicos genéricos.
Por la libertad y para el bien de los guatemaltecos -en cuanto a eliminación de privilegios y a más oportunidades- apoyo la posibilidad de que Guatemala aplique cláusulas de contingencia si no se emite una resolución favorable. Esto significaría que el país podría argumentar que pasa por una crisis interna, que lo obliga a importar estos productos, por lo que la medida se aplica de manera unilateral.
El desarrollo y el bienestar de los guatemaltecos no puede esperar a que otros gobiernos salgan de la modorra, se aferren a consignas ideológicas, o no se animen a desafiar a los grupos de interés a los que sirven. En Guatemala, podríamos iniciar una apertura unilateral de fronteras que nos ahorraría muchas pensas en esta crisis.