Aquí en la tribu, a algunos les ofende la celebración del Día de Acción de Gracias. Dicen que es una fiesta extranjerizante, y que no se qué y que no se cuánto. Sin embargo, a mí me parece una festividad de los más alegre.
Esto es porque la comilona epicúrea de este día celebra el éxito, y la cosecha de los frutos del trabajo de todo el año. Festeja la abundancia. Por eso es que no es raro que una fiesta así no se haya desarrollado en los países en los que la escasez y la precariedad son lo de todos los días. Claro que en la tribu también tenemos nuestra comilona; pero la celebramos en el Día de Todos los Santos (que están todos muertos).
Hoy comeré pavo, camote y otras delicias donde mi amiga, Anna-María. Y a mí no me intimida eso de que la fiesta sea de aquí, o de allá. Con tal de hacer alboroto -de disfrutar de mis amigos y de mi familia- y de comer rico, me apunto hasta para celebrar Kwanzaa.
Qué tal Sr. Figueroa, pues fíjese que “shuteando” su blog, y más específicamente éste post, viene a mi memoria la celebración de Gracias, donde los más perjudicados en la misma, definitivamente, son los pavos, “chuntos”, “chompipes” entre otros adeptos que el animal posee; pues le contaba, yo trabajé siete años en una empresa norteamericana aquí en Guatemala, donde nos daban los asuetos del aquel país del norte y precisamente en varias oportunidades, comimos -cortesía de los gringos- PAVO y le cuento ésto ya que pues aquí, particularmente en mi casa, comemos pavo casi siempre en las fiestas de fin de año (y eso que a mí me gusta mas la pierna) y la verdad es una tradición muy arraigada en USA y que precisamente se celebra el penúltimo jueves de noviembre. Bueno le dejo el comentario, aparte de saludarlo y felicitarle por su blog y su columna en el matutino que a veces leo, digo a veces por el tiempo, jajaja a penas alcanzo a leer los titulares… éxitos!