Leo que “los ancianos que acuden al Centro de Atención Médica Integral para Pensionados deben soportar malos tratos y humillaciones para ser atendidos. Desde las 4 horas, en los pasillos del Centro de Atención Médica Integral para Pensionados (Camip), cientos de ancianos aguardan de pie para ser atendidos, y ese es tan sólo el principio del infierno que deben pasar a cambio de que sus dolencias sean atendidas. La historia se repite día tras día, sin que las autoridades de esa unidad tomen acciones”.
- La actitud del personal es ofensiva y agresiva
- La policía se encarga de entregar los turnos
- Los ancianos deben madrugar
- Hacen largas colas para recibir recetas y medicinas
- Pasan hambre mientras esperan los medicamentos
- Cuando llueve se quedan hacinados en los corredores
El “infierno” del Camip, podría multiplicarse por N. Así es en los hospitales del gobierno, en las escuelas del gobierno, en los tribunales de justicia, y en muchas otras dependencias. Y claro que hay excepciones, en Migración, por ejemplo, el trato no es malo y se ve que hay algún esfuerzo por servir bien.
Lo que llama la atención es el generalizado irrespeto a la dignidad del usuario (que es elector y es tributario). La experiencia demuestra, una y otra, una y otra, una y otra vez, que el monopolio de los servicios públicos en manos de burócratas automatizados e indolentes, es la peor de las soluciones posibles.
[…] parecido, e igual de indigno, les ocurre (¿o les ocurría?) a los ancianos que acuden al Centro de Atención Médica Integral para Pensionados, del monopolio de la seguridad social […]