Funghi town

El domingo fui a San Juan Sacatepequez a comprar hongos. Al ritmo de Won´t you take me to funghi town, un grupo de amigos y compañeros de trabajo fuimos acompañados por la madre Ivonne Sommerkamp, micologa extraordinaire.

En el mercado encontramos delicias como los hongos de San Juan, las charas azules y rojas; y los magníficos pancitas, que son verdaderos bocatti di cardinali. También tuve el gusto de encontrarme con canastos de mamones, que son unas frutas deliciosas que tenía desde 1977 de no probar.

En el campo encontramos hongos medicinales, alucinógenos y venenosos. En la foto estoy con un grupo de recolectores que recién salían del bosque con su carga preciosa.

El paseo fue organizado por el equipo del Arboretum de la Universidad Francisco Marroquín en colaboración con el Hogar Rafael Ayau. La madre Ivonne nos explicó mucho acerca de los hongos y sobre su conservación.

Entre los objetivos del Arboretum de la UFM, en el que abundan los hongos, se cuentan conservar y exhibir plantas y árboles vivos, tanto nativos como exóticos; conformar un refugio ecológico para las especies animales y vegetales del área que se encuentren en peligro; recuperar el ecosistema del campus de la Universidad; y contar con un inventario de la biodiversidad del área.

El Arboretum UFM ofrece las lecciones perdurables para aquellos interesados en proteger el medio ambiente: 1. que son las personas en lo particular quienes deben preocuparse y responsabilizarse de su entorno, procesando la información específica de tiempo y lugar de sus localidades para descubrir nichos ecológicos; 2. que no existe incompatibilidad entre el crecimiento económico y la calidad del medio ambiente. y 3. que la efectiva protección del medio ambiente depende del establecimiento de instituciones que protejan los derechos individuales y que el reconocimiento de la propiedad privada constituye una condición esencial para mejorar la calidad del medio ambiente.

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