¡Si!, ¿qué tal si un gigante se estuviera levantando en Guatemala? ¿Qué tal si ese coloso no fuera cualquier cosa, sino el amanecer; y una alegoría de la búsqueda individual de la felicidad?
El gigante de 17.5 metros de largo se está levantado de la mano del escultor Walter Peter Brenner y trae consigo el cofre de los sueños de los niños, él sabe que los niños pueden alcanzar la felicidad por medio de la práctica de cuatro virtudes cardinales.
Esta es la leyenda del Amanecer, el gigante de Cayalá, según la cuenta Walter:
ATARDECER: La Luz que se esconde
Había mucho silencio, no necesariamente de la madre naturaleza, sino una ausencia de la presencia humana; la luz iba siendo cada vez más escasa, el calor se perdía y el amate gigante iba quedando cada vez más sólo. Ya ni siquiera se escuchaba el sonido de los grillos, estas criaturas que abrazan y reciben con un concierto nocturno a la luz de la luna. Esa tarde nunca saldría esa esfera blanca, tan bella como la riza de un niño feliz. Atardecer, la luz que se esconde.
Una nube de polvo era lo único que podía percibirse en el horizonte de la selva cayalense. Una nube de polvo blanco cubría el amate, ese árbol descomunal. Era como que si una gigantesca roca de mármol hubiese sido tragada por la furia de la tierra, un grandísimo estruendo había sido impreso en la atmósfera como el eco que suena en un cañón vacío. A lo lejos, entre los árboles, a través de la pradera, ya muy lejos del amate inmenso en la pradera de Cayalá se observaba cómo una niña de rizos de oro que montaba sobre un bello jaguar y se alejaba como si fueran perseguidos por una jauría de lobos salvajes. Huían de algo, huían de alguien , ¿ por qué se alejaban del gigantesco Amate que los protegía?
Era como que si la niña se alejara de las fuerzas oscuras de la naturaleza para proteger algo tan valioso, resguardarlo y cuidarlo en algún escondite profundo. A lo lejos parecía verse un pergamino entre sus brazos, como un mapa y un libro. Talvez estos documentos escondían la posición de algún valioso tesoro; ¿qué podría ser ese tesoro? ¿qué podría ser esto tan valioso para ella?
CURIOSIDAD: Fuente de las Virtudes
Muchos, pero muchísimos años después; posiblemente transcurrieron hasta décadas. Eran tres almas puras, eran tres amigos, era una niña y dos niños que decidieron realizar una increíble aventura, una aventura de curiosidad que los llevaría a descubrir mundos nunca pensados por ellos antes, en sus mentes tan jóvenes e inocentes; mundos de conocimiento, mundos de sabiduría, mundos de nuevas culturas que los ayudarían a encontrar la eterna felicidad , fuente de todos los deseos más puros de la humanidad. Fue esta curiosidad que los llevó a tomar prestado un antiquísimo pergamino que la abuela del niño pequeño escondía en el sitio más recóndito, polvoriento y oscuro del tapanco. Y así inicia esta gran aventura.
Pablo, el niño pequeño no sabía leer y no entendía de mapas ni de libros pero su hermano Diego, que ya tenía edad de lectura sería el responsable de leerles el cuento escrito en tan misterioso, viejo y polvoriento pedazo de papel duro, que más parecía un cuero tostado por el sol que otra cosa. Diego, que tenía conocimiento de la lectura, aunque limitado, pero lo tenía, le explicó al niño curioso, que para poder descubrir el tesoro necesitaban a alguien que pudiera tocar la flauta; éste era un requisito fundamental para poder encontrar la llave y el tesoro, y por supuesto tendrían que confabular con su querida amiga Elvira, la cual era un alma que había entregado su corazón a la música, a los bellísimos sonidos que la flauta puede producir ; como silbidos al viento, tan sencillos como puros filtros perfectos entre la armonía y la felicidad; la armonía de todos los sentidos y la conducción de todas las emociones por la mente del niño. Su perfecto balance entre mente y cuerpo; qué más perfecto que una niña templada.
Tendrían que viajar muy temprano , muy lejos, antes de que el sol naciera, todavía a la luz de la luna, caminando por senderos quebrados por una maleza espesa, la cual tendrían que traspasar, en busca de la roca encantada en la fuente de la sabiduría. Lo decidieron y lo planificaron como tres pequeños empresarios crean un gran negocio; sólo que éste sería el negocio de su vida, la mayor ganancia posible estaría en descubrir el secreto de la felicidad, tan cuidado y custodiado en un cofre enterrado. Llegó el día, un diez y seis de noviembre, prepararon sus provisiones, su equipo y su mapa con las instrucciones. Sus ilusiones, sus sueños, zarparon cual vela impulsada por el viento, sus pies casi navegaban ya en el riachuelo que tendrían que encontrar, llevaban ya casi tres horas de camino y escucharon sonido del agua golpeando y moldeando las piedras de colores. Ya estaban tan cerca de la roca encantada, los pájaros cantaban, la mariposa monarca hacía de su hábitat el imperio de su reino y en un espacio del pequeño río que se habría un poco se percibía una gran luz, pero no era blanca, era como verde esmeralda con destellos dorados; habían encontrado la piedra encantada en la Fuente de las Virtudes.
AMANECER: El Gigante de Cayalá
Aquí se respiraba un aire como de una acrópolis, como el ambiente de una ciudad perfecta para los niños, parecía como un lugar donde los seres humanos podrían soñar como quisieran, en libertad absoluta y cumplir sus sueños sin molestar ni ser molestados por sus semejantes, en armonía total; era como un paraíso terrenal donde el gobierno que regía era el de la sabiduría, el de la búsqueda de la verdad, era el de el encuentro de la verdad, era el sitio donde encontrarían el secreto de la felicidad. Los individuos no serían gobernados por nadie, sino por ellos mismos, serían gobernados por sus mejores juicios derivados del uso de su mente, fuente de sus mejores virtudes, sabiduría, justicia, templanza, fortaleza, tolerancia.
Diego le susurró a Elvira y a Pablo, que todavía no podían abrir el libro que se titulaba Amanecer , ya que primero deberían estar sentados los tres sobre la piedra encantada, luego de haber atrapado a un grillo, listo para ser encantado éste por la flauta de Elvira. Sus miradas deberían estar dirigidas al primer rayo de luz que atravesara el amate colosal y entonces iniciaría el fin de esta primera gran aventura de sus vidas: el descubrimiento del secreto de la felicidad, el secreto de cómo la curiosidad los llevaría a encontrar la verdad, y la verdad encontrar la llave, la llave abrir el cofre y … el primer rayo atravesó el colosal amate, que los niños sintieron en su corazón como un rayo atraviesa e interrumpe la tormenta salvaje por un instante. Diego inició leyendo: Amanecer, había una vez un Gigante que llevaba siglos o décadas, no sabemos, pero llevaba mucho tiempo dormido, sin despertar de un sueño invernal. El Gigante se había escondido, él estaba triste porque los niños habían desaparecido desde hace ya mucho tiempo y él se había dormido de manera encantada por la falta de esperanza, por la falta de alegría, por la falta de energía…
Las instrucciones en el mapa decían que cada vez que en la historia de Amanecer un niño leyera la palabra tristeza, una niña tendría que interpretar una tonada con la flauta que expresara felicidad y otro niño tendría que contemplar cómo el grillo reaccionaba. Y la novena vez que Diego leyó tristeza y que Elvira tocó la flauta y que Pablo observó cómo el grillo actuaba y la mariposa monarca se posó sobre la punta de la flauta, unos dedos de un pie gigante salieron de la tierra en dirección al amate inmenso. El niño del grillo debía correr tan rápido como pudiese para hacerle cosquillas en el pié y el pequeño Pablo corrió y tocó su pie y fue un estruendo de riza, tan fuerte como una explosión de felicidad haciendo eco desde un cañón gigante. ESTO FUE LO QUE DESPERTÓ AL GIGANTE: La felicidad inmensa de un niño, su risa, un niño especial, un infante curioso, un infante, que con otros dos niños iguales buscaban encontrar la respuesta de cuál es el secreto de la felicidad. Éste era un gigante, un titán, era como un Dios Griego, de rostro y expresión magnánimo. Él estaba despertando hacia el sol naciente y contemplando la belleza inmensa de la naturaleza, su habitación, su techo , el amate que protege la gigantesca figura, como un espejo, haciendo una mímesis de amor por su propia vida, él está despertando para disfrutar de la vida. Se está identificando con la existencia. Y en su mano derecha está la llave para abrir el cofre. AMANECER: El Gigante de Cayalá había renacido y todos los niños que practicaran las virtudes cardinales serían felices por siempre.
Estuve en el estudio de WPB y quedé impresionadísimo por esta obra monumental. Y tengo mucha ilusión de verla terminada.