08
Mar 07

Y sigo sin tener por quién votar

Están definidos 16 precandidatos para la presidencia de la República de Guatemala…y sigo sin tener por quién votar.

Los anunciados son:

UNE: Álvaro Colom
FRG: Luis Rabbé
PAN: Francisco Arredondo
PP: Otto Pérez
Winaq-EG: Rigoberta Menchú
Gana: Alejandro Giammattei
DIA: Andrés Girón
El Frente: Edgar Gutiérrez
PU: Fritz García Gallont
UD: Manuel Conde
Casa: Eduardo Suger
Los Verdes: Rodolfo Rosales
ANN: Pablo Monsanto
Viva: Harold Caballeros
Confederación Nacional Ciudadana: Leonel Sisniega
UCN: Mario Estrada


10
Feb 07

¿Aplanadora? ¡No!

A finales del año pasado varios precandidatos presidenciales, y no son todos los que están, ni están todos los que son, fueron consultados acerca de si les gustaría tener una aplanadora en el Congreso.

El diario Siglo Veintiuno le preguntó a Efraín Ríos Mont si son necesarias las aplanadoras; y él contestó que a veces son necesarias. También le preguntó a Luis Flores Asturias; y él contestó que prefiere aplanadora legislativa. Ellos ya no están en la contienda, pero sus respuestas no dejan de ser sintomáticas. ¡Los políticos prefieren tener aplanadoras, que someterse a la división del poder!

Otto Pérez Molina también fue consultado y él se inclinó por una aplanadora responsable. Por último, Fritz García-Gallont, dijo favorecer una democracia dirigida. Por él y su aplanadora, supongo.

No se a usted, pero a mi me para el pelo pensar que los políticos chapines no se hallan sin tener el control total. ¡Al diablo con la división del poder!, parecen decir los ciudadanos que pretenden, o han pretendido la primera magistratura del país.

Con el control del Organismo Ejecutivo en manos del Presidente; y con el control del Organismo Legislativo en manos de los diputados del mismo partido que el Presidente; ¿qué les impediría tomar el control del Organismo Judicial? ¿Qué los detendría para acaparar la Corte de Constitucionalidad, la Junta Monetaria, y qué se yo qué más?

Por eso es que los tributarios y los electores debemos insistir en el voto cruzado; es decir, debemos votar por un partido para la presidencia, y por diputados de otro partido distinto para el Congreso. Y por otros para las alcaldías.

Yo entiendo que los políticos criollos prefieran no tener que negociar, y prefieran no tener que priorizar proyectos. Entiendo que quisieran que se hiciera todo lo que se les antoje sin el molesto balance de poder y sin la inquietante fiscalización de los otros organismos del Estado. Pero eso no nos conviene a los que pagamos impuestos y a los que votamos; y siendo que como nuestra democracia está siendo construida, todavía, deberíamos huir de la concentración del poder, como se huye de la peste.

El mero hecho de que los políticos de siempre añoren una aplanadora, debería ser la bandera roja que nos lleve a pensar: ¡Ya papo, hay que votar cruzado!

La división del poder es una de las características fundamentales del estado de derecho. En ese sentido, se apareja con el constitucionalismo, con el respeto a los derechos individuales, y con la igualdad de todos ante la ley, entre otras.

No hay que caer en la trampa de suponer que la concentración del poder quiere decir que este esté en manos de una sola persona exactamente, lo cual sería prácticamente imposible en una democracia como la chapina. Quiere decir que el poder se encuentra concentrado en un mismo grupo de personas, en un mismo partido, o en una misma rosca.

Si todos “son coyotes de la misma loma”, no es posible hacer efectiva la fiscalización que el Legislativo debe hacer, de otros organismos; ni es posible el control jurisdiccional que los tribunales debe ejercer sobre las decisiones de los funcionarios de los otros dos organismos.

Si todos “se tapan con la misma chamarra”, los caprichos del gobernante serían aprobados, sin chistar, por sus diputados sumisos; y ¿qué juez, nombrado por estos últimos, se atrevería a cuestionar las decisiones de sus patrones?

Es cierto que la división del poder dificulta la toma de decisiones y entrampa algunos procesos. Pero la historia política chapina es una de abusos, de sinvergüenzadas, de arbitrariedades y de excesos que se cometen ¡aún habiendo división del poder! ¿Qué no ocurriría si, como en tiempos de la tristemente célebre Democracia Cristiana, el Ejecutivo y el Legislativo volvieran a ser “una sola carne”?

Publicada en Prensa Libre el 10 de febrero de 2007.


31
Ene 07

¿Aprueba, usted, que se repita este Congreso?

Uno de mis dichos favoritos es aquel que dice: Si usted no está indignado, es porque no está poniendo atención. Indignación es, precisamente, lo que da cuando uno lee que 113 (de 158) diputados están interesados en reelegirse.

Prensa Libre informa que ese grupo tiene asegurado un puesto en las listas de los partidos políticos; y yo digo que los tributarios y los electores no deberíamos permitirlo. Le sugiero echarle un ojo a la propuesta de ProReforma, una opción para defendernos de la voracidad de los politiqueros chapines.


23
Ene 07

El indulto presidencial es un mal mensaje

¿Por qué nos extraña que en Guatemala no se respeten las leyes? La Comisión de Reforma al Sector Justicia ha dictaminado que el Presidente debe decidir si perdona, o no a los reclusos. Es decir que independientemente de que la ley mande que para ciertos delitos la pena que corresponde es la de muerte, aquella comisión considera que lo que debe privar, al final, es una decisión política, y no una de justicia.

¡Por eso es que en Guatemala no se respetan las leyes! Los chapines saben que al final, mediante el uso de influencias y de otros medios como la fuerza, la ley no se les aplica. Lo que importa al final no es la justicia, sino la política. La decisión no será de los tribunales, como corresponde, sino de la instancia política superior en abono a la figura decimonónica del Presidente de la República como amo de vidas y haciendas.

Vea un buen debate sobre la pena capital, aquí.


23
Ene 07

Religión y política, una mezcla indebida

El domingo 21 de enero, en la página 23 del diario El Periódico, un personaje al que no conozco publicó un campo pagado denominado Mezcla indebida: política y religión, en alusión a un artículo que leyó en Prensa Libre. En el campo pagado, con argumentos de mucho peso, su autor, Fausto Cebeira, le hace un llamado al presidente Oscar Berger para que:

  1. Ponga un alto a la inversión de recursos que son de todo el pueblo, en la religión de su preferencia, o en cualquier otra.
  2. Las propiedades del Estado se usen para satisfacer las necesidades de la pobalción y no sean entregadas para el beneficio de la religión que profesa, ni a ningún otra.

Yo creo que es buena idea: no hay que utilizar los recursos de todos para beneficiar intereses particulares. Ni en la religión, ni en nada.