Por primera vez en el mundo, un país eligió a su primer ministro interino por medio de una votación en Discord, después de que la Generación Z derrocara al régimen comunista de Nepal por prohibir las redes sociales y por su inmensa corrupción. Una mujer, Sushila Karki, fue electa para ser la jefa de gobierno.
Discord es una plataforma gratuita de comunicación por voz, video y texto para crear y unirse a comunidades llamadas servidores, organizadas en torno a intereses específicos. Inicialmente diseñada para gamers, ofrece una amplia variedad de grupos para reuniones virtuales, y les permite a los usuarios comunicarse mediante mensajes privados, chats grupales, pantalla compartida y llamadas de voz y video. Discord está disponible para computadoras, dispositivos móviles y navegadores web, e incluye funciones como bots, que añaden herramientas automatizadas y divertidas funcionalidades a los servidores.
Ciertamente esto es notable, y posiblemente es un paso en la dirección de explorar opciones distintas al sistema corrompido de elegir diputados y fingir que nos representan. La tecnología permite sistemas casi perfectos para votar una ley, o mucho mejores que los que se usan hoy en día, mediante el Congreso.
Por supuesto que este sistema no ofrece muchas garantías de que mejores personas serán electas; en parte porque los candidatos son lo que da la melcocha, como decía un viejo diputado en los años 90. Es decir que vienen de dentro de la sociedad que elige y si los principios compartidos por la mayoría de la sociedad son más democráticos que republicanos y si la mayoría de individuos no entienden el valor de los derechos individuales, de la igualdad de todos ante la ley y del principio de no agresión, la tecnología no puede remediar eso.
Dicho lo anterior, toda solución pacífica y voluntaria a una crisis es bienvenida y pasa a formar parte del largo proceso hayekiano de prueba y error mediante el cual aprendemos. La experiencia de Nepal nos invita a reflexionar: ¿y si la tecnología nos permite reimaginar la república? Es hora de cuestionar los sistemas tradicionales y atrevernos a experimentar con nuevas formas de participación que respeten la libertad individual y promuevan una mejor representación.



