¡Ve pues! estas son las primeras elecciones chapinas en las que contamos con Facebook, Twitter , generalizados, y con otros instrumentos parecidos. Y ciertamente que será una experiencia. Con la ubicuidad de los teléfonos inteligentes y BB, cada persona con un aparato de esos es un testigo potencial. Cada persona, con un aparato, con cámara, es un protagonista potencial. Ah, y el hashtag electoral es #eleccionesgt.
El uso de las redes sociales para el empoderamiento de los electores y los tributarios empezó a hacerse sentir durante mayo de 2010, en el contexto del caso de Rodrigo Rosenberg. Durante esas jornadas, Facebook y Twitter fueron instrumentos determinantes. Los twitteros lucharon una batalla heróica por la libertad de expresión, cuando uno de ellos, @jeanfer, fue perseguido directamente.
Facebook y Twitter también fueron claves en las acciones cívicas para la defensa de la Constitución durante el proceso de inscripción de candidatos que tenían prohibiciones de carácter constitucional.
A medida en que se acerca el 11 de septiembre, día de los comicios, la información en las redes sociales empezará a fluir con más y más abundancia y diversidad que la que nos podrían proveer los medios tradicionales y las hordas de observadores si sólo tuvieran la tecnología del sigloXX. Quienes empezamos a seguir elecciones en el siglo pasado, recordamos cómo dependíamos de los medios tradicionales, y cómo era que la información tardaba, tardaba, y tardaba en fluir. ¡Chispas!, cómo me hubiera gustado tener BB y Twitter cuando tenía a mi cargo mesas y centros electorales allá por los años 80.
Las acciones admirables y reprobables que ocurran en el contexto de los comicios del domingo tendrán quién sabe cuántos ojos encima y serán objeto de quién sabe cuántas fotos, vídeos, twitts y posts. Ese inmenso cosmos de información requerirá de la labor curadora de quién sabe cuántas personas que seguramente no se conocerán entre sí y no tendrán una misma agenda; pero que contribuirán a analizar y sintetizar aquel torrente de información. ¡Ah, que tiempos más hermosos para construir una república sana!
Nunca antes, nunca, la información había sido tan de todos, ni había estado tan al alcance de todos. En Guatemala hay más teléfonos móviles que habitantes y cada usuario de móvil puede ser un generador y un receptor de información inmediata. Gracias al capitalismo, la información está masificada. Twitteros y facebookeros del mundo, uníos.
