13
Ago 09

¡Ya es temporada de anacates!

Los anacates son mis hongos favoritos. Inconfundibles por su sabor y su textura extraordinaria que ofrece resistencia.


Ahora son muy abundantes y se los encuentra en verdulerías, mercados y hasta en las calles de hecho, a mí me gusta comprárselos a Martin, en la 6 avenida y 17 calle de la zona 10. Esto no siempre ha sido así, en los 70 y 80 no eran tan comunes. A casa los llevaba una anciana de San Juan Sacatepequez, encantadoramente empacados en pequeñas canastas de hojas verdes y cada una de esas canastas era un pequeño tesoro. Antes de eso, cuando yo los conocí, eran todavía más escasos y en casa se servía un sólo plato y uno no alcanzaba a comer sino tres o cuatro sombrillitas.

Mi abuela y mis padres los preparaban con mantequilla, cebolla, sal, pimienta, jerez, perejil y maicena, que es como yo los prefiero, acompañados con buen pan francés de horno de leña
. Pero aveces los hago así y los sirvo sobre spaghetti; o bien los uso en crema, sal y pimienta, tambièn para la pasta. Con fetuccini, también son muy sabrosos si se combinan con carne de pollo y una salsa a base de crema de esa ave y se hornea.

También son deliciosos de dos formas chapinas: en pulique y con frijoles colorados. En ambos casos, la presencia de anacates hace que algo que ya es bueno, aunque común, se eleve a dimensiones epicúreas. ¡En frijoles colorados son tremendos los anacates!

Los anacates vienen y van con la temporada de lluvias, así que se los encuentra entre julio y octubre.


05
Ago 09

Testículos verdes

Me enteré ayer, que hacía una pequeña investigación sobre los aguacates, de que la palabra aguacate viene del vocablo ahácatl y de que en náhuatl eso quiere decir testículos. Y bueno…viendo a estos dos, uno puede imaginarse por qué.

Los aguacates, por cierto, no son las únicas plantas que evocan testículos. Las orquídeas tomaron su nombre del vocablo orchis, que en griego quiere decir, precisamente, testículo.
Mi primera memoria de aguacates la tengo mientras estaba sentado frente a mi padre en el restaurante del Hotel Casa Contenta, en Panajachel, cuando yo tenía unos 6 años de edad. Mi padre tomó mi mitad y su mitad, y las aderezó con una mezcla que hacía con salsa ketchup, jugo de limón, sal y salsa inglesa. Y yo me lo comí embelesado.
Ahora no me gusta con tanta cosa porque siento que todos esos condimentos anulan el sabor delicado de la fruta; y prefiero comer mis aguacates sólo con sal, o, cuando mucho, con un poco de pepitoria que en la casa preparan estupenda. Me vuelve loco el caldo de res, de gallina o de pollocon trozos de aguacate; y de verdad le aconsejo que, la próxima vez que coma pizza, le ponga unas lascas de aguacate fresco inmediatamente antes de comer sus porciones.
Aunque la variedad comercial de aguactes más popular es la Haas, aguacates hay muchos. Los hay de La Antigua y de Pana; los hay de la costa y de altura; los hay de cascara delgada y de cáscara gruesa; de cáscara rugosa y de cáscara lisa, y los hay de cáscara verde claro, verde oscuro y casi negra; los hay pequeños y grandes; los hay esféricos y en forma de pera; los hay como mantequilla y los hay pitudos; los hay firmes y los hay aguosos.
Hay mujeres que dicen que los hombres somos como los aguacates…porque cuesta que salga uno bueno. Y a sabiendas de eso, cuando quiero aguacates buenos, voy y los compro en una tiendecita del Cantón 21, en la zona 14. Ahí nunca me fallan.
Mi abuelo Jorge tenía un aguacatal en su casa y cuenta mi madre que en temporada, él se subía y protegía sus frutos con bolsitas de papel Kraft, para que no se los comieran los pájaros. Con lo que no contaba es con que su aguacatal fue víctima del terremoto de 1976 porque, cuando se cayó la casa en la que estaba, el árbol fue derribado para construir una nueva vivienda.
La foto fue tomada en el jardín que está afuera de mi oficina.

02
Ago 09

Iguana asada

Esta iguana asada estaba a la venta en el mercado de San Juan Sacatepequez. No la comí asada, pero sí guisada.


28
Jul 09

¡Los huevos chimbos!

Los huevos chimbos son mis dulces típicos guatemaltecos favoritos. Son de puras yemas de huevo y miel, una cosa muy sencilla, pero deliciosa. Además, tienen un atractivo color de oro que me hace pensar en rayos de sol comestibles.

La primera vez que oí hablar de ellos fue allá por el año del terremoto cuando mi tía abuela, La Mamita, me los mencionó; y, curiosamente, no fue sino hasta unos años después, cuando ella ya había muerto, que los probé porque los hice en casa con la ayuda de mi abuelita Juanita.
Desde ese momento los magníficos huevos chimbos se convirtieron en mis favoritos y no son difíciles de hacer. Se baten las yemas hasta que están casi blancas, se cuecen en baño maría y luego se ahogan en la miel. Los de la foto los compré en La Antigua y son tan buenos como los hechos en casa.

22
Jul 09

Riquísimos membrillos en limón

Sólo de verlos se me encoje la mandíbula, me dan escalofríos y empiezo a salivar como chucho. Son membrillos en limón, propios de esta temporada en Guatemala. Irresistibles y ácidos que son, despiertan al pequeño masoquista que hay en mí y no puedo comerme una, o dos rodajas, sino que bien puedo ingerir unas seis, u ocho. Pero no más.

En Guatemala, los membrillos se comen así, en jalea, en conserva y son elementos importantes para la festividad del Corpus.

18
Jul 09

Alborotos, huevos chimbos y otros dulces chapines

Esta es una venta callejera típica de dulces guatemaltecos. Así, a simple vista, destacan a la izquierda unas barras de mazapán de pepitoria, y lo que creo que son conserva de coco, colochos de guayabas, bocadillos de pepitoria, panes dulces y alborotos.

Casi todos esos me gustan, con excepción de los alborotos, que recuerdo haber probado en el Mercado Central de Cobán, allá por finales de los años 70, sin que me quedaran ganas de volverlos a comer. Los alborotos, por cierto, son esferas de maicillo reventado (a modo de pop corn, poporopos o palomitas de maíz) y algún tipo de miel. A estos dulces los pintan de colores y los dientes de uno pueden quedar pegados en un alboroto. En Guatemala, por cierto, un alboroto también es un desorden o un relajo.
Mi favorito, entre todos los dulces chapines, es el huevo chimbo. Bocadillo dorado, sutil y magnífico que se hace sólo con yemas de huevo y se ahoga en una miel que, a mí, me gusta hacer con canela y un toque muy ligero de clavo y pimienta de chiapa. Los dioses dejarían de consumir ambrosía, si conocieran los huevos chimbos.
Además del huevo chimbo, también son mis favoritos los mazapanes de almendras y los de pepitoria, los africanos, las paciencias, las canillitas de leche, los encanelados, los citados conserva de coco y bocaditos de pepitoria, los colochos de guayaba, las tartaritas de almendras y los higos. Y de uno que no he sabido en décadas es el alfajor.
A los visitantes, y a los que recién son introducidos a este mundo encantador de los dulces chapines, los que más los intrigan son la chancaca, que es de panela; y el matagusano, que es de naranja.
Aunque los de La Antigua son famosos, se los consigue muy buenos en el Mercado Central de la ciudad de Guatemala, y hay un lugare legendario, que nunca he visitado, allá por la Avenida de los Arboles, en la zona 6. La venta de la foto está a la entrada del Cementerio General de esta ciudad, y fue tomada por mi amigo Raúl.

02
Jul 09

La iguana no sabe a pollo


Lo que a mí más me emociona de andar por ahí es comer cosas que nunca he comido antes. El domingo, por ejemplo, tuve la oportunidad de comer iguana en el parque Cataluña, de San Juan Sacatepequez.

Cuando andaba buscando hongos, vi que una señora ofrecía una iguana asada y estuve tentado de comprar el animalito. Luego, me topé con otra vendedora que ofrecía el mismo plato,solo que guisado y ahí no me aguanté. Compre una porción sin piel, y a la señora de enfrente le compré unas tortillas para luego irme a comer iguana sentado en una de las fuentes del parque.

¿A qué sabe la iguana? Pues no sabe a pollo; pero si tuviera que describirla diría que es algo así como entre gallina y pato. La carne tiene un gusto muy sabroso y ofrece algo de resistencia al morderla; y, además, el guisado estaba verdaderamente rico.

Hacía ratos que quería comer iguana porque sentía como que me hacía falta probarla. Ya he comido ancas de rana, que me dió mi padre cuando era niño; cocodrilo, en una cevichería que quedaba en la zona 5; y culebra, en el callejón de la culebra, en Taipei. ¿Cómo iba a dejar pasar la oportunidad de comer iguana?

01
Jul 09

Los magníficos hongos de San Juan


El motivo principal de mi excursión a San Juan Sacatepequez, el domingo pasado, era el de ir a traer los famosos y magníficos hongos de San Juan. Salí de la ciudad algo tarde así que ya iba con la idea de que si llegaba al mercado y no encontraba hongos, pues no me iba a molestar.

Llegué a San Juan cerca de las once, estacioné el carro como pude, corrí al mercado y…casi no encuentro hongos. Sólo había tres canastas pequeñas y una ya la estaba tratando un lugareño. Como dos es mejor que nada, compré las dos hermosas canastillas y me traje los hongos que estaban galanes. Minutos más tarde, mientras compraba unos membrillos, encontré otra dotación de hongos distintos y me los traje también.

Los hongos de San Juan son muy fáciles de preparar. Me gusta poner a hervir agua con sal, y poner ahí los hongos durante un par de minutos. Luego se apaga el fuego y se deja que los micelios suelten una sustancia ligosa que traen, Entonces se cuelan y ¡Ya!; ya están listos para ofrecer textura y su sabor tan delicados y característicos.

Los otros hongos, los que compré cuando adquiría membrillos, esos los preparé con mantequilla, perejil, sal y pimienta.

30
Jun 09

Un encantador árbol de cerezas

Uno de mis postres chapines favoritos son los duraznos en dulce con cerezas. ¡Que bien combinan los sabores de ambas frutas y que hermoso es el color que agarra la miel! Esta es la mera temporada de ese exquisito postre.

Las cerezas chapinas no son ni dulces ni particularmente agradables. De hecho tienden a ser amargas. Pero su color es magnífico; y así en miel, y en compañía de los duraznos, se doman perfectamente. Los duraznos con cerezas eran típicos de la casa de mi abuelita Juanita y de la casa de mis padres.
El sábado estuve comendo cerezas directamente del árbol gracias a mi amiga, Adeliada. Ella, en su casa, tiene estas frutas además de membrillos, granadas, y unos increíbles aguacatales centenarios, entre otras maravillas.
Las cerezas también son uno de los ingredientes necesarios para preparar la miel de morro con la que mi bisabuela, Adela, curaba la tos cuando uno era niño.

29
Jun 09

Deliciosos zompopos de mayo

Ayer fuí a San Juan Sacatepequez en busca de hongos de San Juan, y con lo que me encontré fue con zompopos de mayo. Como estos bichos son bocatto di cardinale esta fue una ocasión que no dejé pasar. Ahí estaban en un canasto, así que le pedí a la señora que los vendía que separara las partes traseras y comestibles de los zompopos y me traje media libra a casa.

Mediante soplidos y en un colador retiré las alas que habían quedado, luego los lavé cuidadosamente y los dejé secar durante un rato. Puse a calentar el comal y ahí los tosté lentamente. Cuando ya estaban tostados los puse en un cacito que tenía con mantequilla derretida y les añadí sal. Los comimos en tortillas y con guacamol. A mí me saben como a maní bien tostado, o como a la shinga de los chicharrones; pero hoy había opiniones encontradas en cuanto al sabor que pudieran tener.

Yo no los comía desde que estaba en Quinto año de primaria cuando un amigo llevó unos al colegio. A mí me gustaron entonces y me gustaron ahora; y me dió mucho gusto poder prepararlos en casa y que me slieran muy buenos.

Ya en el siglo XVIII, Francisco Ximénez, traductor del Popol Vuh, se refirió a los zompopos de mayo en su obra Historia natural del reino de Guatemala. Tienen la cabeza grande y unas tenazuelas que parece que son de acero y tienen filo, y punta corva y cruzada como las tixeras; y así cortan con ellas cosas bien duras…entre ellas hay unas muy grandes, y con alas, no son que crien alas, sin que es como la gente principal entre ellas. Aquestas grandes y con alas, no salen del hormiguero, sino es cada año cuando caen los primeros aguaceros, que es por el mes de mayo…y se levantan volando con una singularidad maravillosa, por lo cual los indios, y otras personas que las comen tostadas, y dicen que es comida sabrosa, las cogen con facilidad…y es que como no han visto luz, al verla tan hermosa se van a ella, y así los indios no tienen más que encender unos ocotes, y con esto se les vienen todas a las manos, y cogiéndolas las tuestan, y las comen, y aun las sacan a vender, como lo he visto.

Eso de comer insectos y simlares no me es ajeno. Mis padres tenían caracoles en el jardín de la casa y mis hermanos y yo hacíamos carreras y apuestas poniendo a los caracoles a competir en el piso de la casa. Ya se imagina, usted, que no era una carrera de velocidad; pero para nosotros era emocionante ver a nuestros caracoles avanzando del extremo de un ladrillo a otro en el piso.

También los comíamos en la casa. A los caracoles se les pone en una jaula colgante y se les purga la baba dándoles lechuga para que coman. Una vez purgados son cocidos y aderezados con mantequilla, ajo, sal, perejil y un toque de jerez seco.

Nunca he comido saltamontes, ni me he tragado los gusanos del mezcal, pero cuando tuve la dicha de visitar a mis amigos Juan y Bellita, en México, en su casa comí escamoles, que son huevos de hormigas rojas. Ya se imaginará, usted, que cuesta mucho recolectar los huevecillos al pie de los magueyes y que al mortificado recolector lo deben morder miles de hormigas rabiosas.

Los escamoles son preparados con mantequilla, ajo, cebolla, chile serrano, apasote y sal; y se los come en tortillas. Según los expertos, los escamoles son el caviar mexicano.