14
Feb 12

¿Qué se come en qué días?

Ayer, en Twitter, había el siguiente trend: #NoMondayIsCompleteWithout y al verlo me acordé de que, según las tradiciones alimenticias chapinas, hay ciertos días para comer ciertas cosas.

Los lunes, por ejemplo, eran de caldo de mariscos (¿o de caldos en general?).  Los jueves son de paches y los sábados de ceviches, chicharrones, y de tamales.  Los viernes eran de pescado.  ¿Hay comidas específicas para martes, jueves, y domingo?


01
Feb 12

El delicioso queso Chancol

Uno de mis desayunos favoritos es el de buen queso acompañado por buen pan francés.   Me gusta empezar el día con Brie, Vincent, Parmesano, o Chancol.  Y no deben faltar café con leche y mermelada.  Hoy, también añadí un poco de frijoles colados.

Hoy me di ese gusto con queso Chancol, mismo que se produce en las cercanías de Nebaj, en el Triángulo Ixil del departamento de Quiché en Guatemala.  Es un queso fino, aromático, muy bien balanceado que yo disfruto mucho.


01
Feb 12

¡Que ricos los chicharrones!

Vaya, se me había olvidado esta foto de chicharrones. ¡Cómo me gustan los chicharrones! Me encantan sólo así, en tortillas, o acompañados con cebolla y hierbabuena. También me gustan con guacamol. O bien, cocidos en los frijoles negros.

Ahora sólo me la parte crujiente y les quito la grasa de abajo e igual los disfruto mucho.

Trato de acordarme y no recuerdo exactamente cuándo fue la primera vez que comí un chicharrón; pero si recuerdo haber ido, con mi tío Freddy, a comprarlos a Mixco, cuando Mixco quedaba lejos, lejos.

Estos de la foto son de un lugar que se llama El Ranchón, en la carretera a Puerto Quetzal; y aquí en la ciudad mis predilectos son los De Pinula, en la zona 10; y los de La Obereña, en la zona 1.


30
Dic 11

Encuentro con el alfajor, el dulce perdido

Mis amigos, Los Lizama, hicieron alfajor ahora para la Navidad y tuvieron la gentileza de regalarme un plato delicioso.

El alfajor es un dulce antiguo que casi nadie conoce y poquísimas personas hacen.  En mi casa lo hacía mi tía abuela, La mamita; y mi madre lo ha hecho un par de veces.  Aunque la sazón final del de Los Lizama es distinto al que se hacía en casa, lo básico es siempre igual: miel, jengibre y migas de pan tostadas.

Cuenta, el doctor Lizama, que su madre (doña Amalia) se lo hacía a él para su cumpleaños y para el día del médico.

Muy conocidos son los alfajores argentinos Havanna, claro; pero estos son muy diferentes a los de La Mamita. En Google, las principales referencias a alfajor me llevaron a los argentinos que son dos galletas, masas, o pastas unidas por algún tipo de dulce y aveces cubiertas por chocolate. Empero, existe un dulce llamado alajú o alfajor que se parece al alfajor chapín: esto es un dulce hecho con pasta de almendras, piñones o nueces, pan rallado y tostado, especias y miel. El citado alajú se come entre obleas, como el turrón; y a mí eso me parece una idea muy práctica porque el alfajor chapín lo comíamos con cucharitas.


25
Dic 11

Mi tradicional desayuno de Navidad

Un tamal colorado y otro negro son mi tradicional desayuno de Navidad.  ¡Que gozo siento cuando abro las hojas de maxán y me encuentro con los colores brillantes de estas delicias de la cocina guatemalteca!  Al mismo tiempo, los aromas intensos de ambos tamales invaden mi cuerpo y mi mente y me llevan por una montaña rusa de recuerdos y alegrías.  El momento culminante, sin embargo, es cuando la masa gentil y el recado poderoso llegan a mi paladar.  ¡Aaaaah, que cosas mas ricas!

Para el desayuno de la Navidad me gustan mis tamales acompañados con café; y este año el postre fueron galletas.  Algunas de las galletas tradicionales que eran elaboradas en las casas de mi abuela, Frances, y de mis padres.  Eso sí, ahora elaboradas en mi casa.

Los tamales de Navidad, en Guatemala, son colorados y negros.  Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz y el recado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolì) y, en el caso de los negros, con chocolate. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, y pollo.  Aunque a mí me gustan más los de cerdo.

Los tamales tienen raices precolombinas, y fueron elevados a la décima potencia cuando se le añadieron ingrediente adicionales. Del Nuevo Mundo son el maíz, los tomates, los chiles, y las hojas de plátano y de maxán en las que son envueltos. Los tamales negros, además, llevan chocolate. Del Viejo Mundo son las aceitunas, las alcaparras y las almendras.

Los de doña Estelita son la receta de su madre y su familia es de San Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.

El teléfono de doña Estelita, por cierto, es 2474-0260.


23
Dic 11

¡Que alegre, ya vinieron los tamales!

Los tamales, para la Navidad, ya vinieron a casa.  ¡Por supuesto que vinieron colorados y negros y, por supuesto que son de cerdo!  Esas delicias me están haciendo ojitos; pero a mí me gusta comer los primeros para el desayuno del 25.

¡Como disfruto de su sabor y aromas intensos!  ¡Cómo me gustan sus colores brillantes y su textura suave y acariciadora del paladar!

Este año no llegué a tiempo para ver cómo los armaban; pero el año pasado si tuve la dicha de ver ese proceso complejo y extramadamente cuidadoso.  Los tamales bien hechos son una muestra de excelencia culinaria que a mí me deja maravillado y contento.  Desde la textura y el sabor de la masa, hasta el doblado perfecto de las hojas, pasando por la sazón del recado.

De niño, recuerdo haber comido los de mi bisabuela, Adela; y los de mi tía abuela, La Mamita; pero lastimosamente no recuerdo su sabor que deben haber sido maravillosos, dado que eran cocineras estupendas.  Recuerdo muy bien los de mi tía Baby, que también eran riquísimos y su receta derivaba de la de mi bisabuela.  También recuerdo que, durante un tiempo, le compraba tamales a una señora de por allá por el barrio de Gerona; y esos eran muy sabrosos.

Actualmente, y para mí, los tamales de doña Estelita son los mejores de todo el universo mundo.  Su sazón es impecable y usa ingredientes de primera.  Me encanta que no es tacaña con el recado, ni con los aderezos.  Y amarra los tamales como debe ser.

Los tamales de Navidad, en Guatemala, son colorados y negros.  Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz y el recado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolì) y, en el caso de los negros, con chocolate. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, y pollo.  Aunque a mí me gustan más los de cerdo.

Los de doña Estelita son la receta de su madre y su familia es de San Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.

El teléfono de doña Estelita -que, en casa, nos ha hecho dichosos con sus tamales durante casi 25 años- es 2474-0260.


14
Dic 11

¡Rellenitos de plátano para el desayuno!


¡Como me gustan los rellenitos de plátano! y los que nos trajo a regalar, Tonita, estaban perfectos.  El relleno de frijoles negros dulce y sabroso; y la parte de plátano bien dorada y de consistencia suave, pero firme.  Me encantan los rellenitos fríos, o calientes; con azúcar, o con crema y azúcar.


13
Dic 11

Riquísimo puré de habas

En la Costa Sur de Guatemala, cuando se levanta la cosecha de maíz, era costumbre que la gente coma caldo de habas secas con cecina.  El sábado pasado lo hicieron en casa; pero con algunas variantes.  Las habas fuero hechas puré; y en lugar de cecina usaron tocino.  YO lo comí sobre panitos, para el desayuno y ¡que cosa tan rica!

Cuando yo era niño, la madre de mis amigos Ricardo, Eric y Karin hacía otra forma de puré de habas -pero verdes y eran como sopa-.  A mí me gustaba muchísimo y tenía un gusto distinto a este.


12
Dic 11

…y hubo ponche, pues

¿Cómo iba a faltar? ¿Una fiesta chapina de fin de año, sin ponche? En casa hicieron el tradicional ponche navideño con ocasión de las Luces Campero. Se prepara con frutas, dependiendo de la región del país en que se elabore y de la receta familiar. La que hicieron en casa viene de la Costa Sur y por eso lleva coco; se sazona con pimienta gorda y clavos y se usan las frutas frescas incluyendo plátanos, papaya, manzanas, pasas, ciruelas y piña. Este año, para darle un toque distingo, fue sazonado con un toque de cardamomo.

En casa de mi madre, el ponche se hacía con piña, que es común a todos los ponches chapines; pero se sazonaba con canela, se hacía con frutos secos del hemisferio Norte, como manzanas, melocotones y peras, además de las ciruelas y pasas que son de ley.

A mí, el ponche me gusta bien helado y que sea refrescante; pero si lo he de tomar caliente me gusta con un piquete de ron añejo.

Gracias a Así es la vida, por la foto.


08
Dic 11

Los infaltables buñuelos de la fiesta

En las fiestas de fin de año, conocidas entre los guatemaltecos como fiestas de Concepción Reyes, son infaltables los buñuelos. Y lo de Concepción Reyes, por cierto, es porque empiezan en la víspera de la fiesta de la Concepción (el 7 de diciembre) y terminan con la de Reyes (el 6 de enero).

En fin, esas delicias llamadas buñuelos son omnipresentes junto al ponche de frutas. ¡Ah que cosas mas ricas!

Anoche, durante la alegre Quema del Diablo, disfrutamos de ambas delicias. El ponche con su toque de buen ron; y los buñuelos dorados, bien esponjosos con su miel de anís.  ¡La Mafer se rayó con sus buñuelos!

Cuando quemábamos al Diablo en casa de mis padres, mi madre elaboraba los buñuelosen lo que mi padre y mis hermanos hacíamos lo nuestro con la fogata y los cohetes.

Una de mis anéctotas favoritas acerca de los buñuelos es la de una ocasión en la que mi padre decidió jugarle una broma a mi hermano, Juan Carlos. Resulta que JC es de los que tomaba la porción más grande y el buñuelo más grande, siempre que podía; así que un 7 de diciembre, mi padre tomó un pedazo de algódón, lo forró con masa de buñuelos y produjo uno notablemente más grande y hermoso.

Ya cubierto con miel, el buñuelo en cuestión se veía tentador, así que cuando JC entró a la cocina y vio el buñuelo grande lo reclamó para sí. Mi padre entabló con él una discusión y le disputó el buñuelo. Los que sabíamos de la broma observábamos con entusiasmo y el momento culminante fue cuando mi hermano tomó el buñuelo y se lo metió entero a la boca.

Y tardó unos segundos en notar que había algo extraño. Unos segundos más se requirieron para que se diera cuenta de que había caído en una broma y que estaba mascando un buñuelo de algodón.  En casa siempre recordamos esa broma de mi padre.