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Ene 15

¿Y si fueras emprendedor?

blastos

Guatemala es uno de los productores de hule más eficientes en el mundo.  ¿Qué tal si con tus ahorros pudieras ser propietario de una finquita de hule y luego hacer crecer tu inversión de acuerdo con tus posibilidades? ¿Qué tal si en el esfuerzo también contribuyeras a reforestar?  ¿Qué tal si con tus ahorros e inversiones mejorara el nivel de vida de otras personas?  ¿Qué tal si tu primera inversión se convirtiera en otras?

Parece un sueño, sobre todo si tus ahorros no son mucho; pero, ¡esto es lo que hacen el capitalismo y el espíritu emprendedor!  Hacen posible que no sólo los muy ricos sean finqueros, productores, conservacionistas y generadores de empleos.  Date una vuelta por blastos.com y descubre por qué es que, ¡hasta en Guatemala!, los siglos XIX y XX se quedaron en los libros de Historia y en las consignas más rancias.

Blastos es una experiencia fácil, disruptiva, creativa, y sorprendente de poseer tierra en cualquier parte del mundo a partir de 100 Mts2. Digamos, de una plantación de hule en Retalhuleu; una de café en Atitlán; y un viñedo en Chile.  Piensa en la tecnología y en la filosofía que hacen posibles este tipo de cosas.  Imposibles en otros tiempos.  Posibles y al alcance de casi cualquiera en línea, ya, y sin que tengas que saber mucho sobre el cultivo del hule y del café, o sobre la producción de vino. ¿Qué otro sistema, que no sea el capitalismo, puede hacer esto por la clase media y por los trabajadores agrícolas?  ¿Qué otro sistema, que no sea el capitalismo, puede reforestar a pasos agigantados y ¡encima!, hacer que esa actividad eleve los ingresos reales de muchas familias en el campo?

Blastos también es educativo.  No necesitas saber, ni aprender algo acerca del cultivo de las materias primas del proyecto (aunque podrías); pero, ¿qué tal si –desde tu escritorio– aprendes a manejar tus inversiones?  ¿Qué tal si empieza a bajar el precio de una de tus inversiones, la vendes y con ese dinero compras una cuyo precio está subiendo? Sólo el capitalismo y la empresarialidad le enseñan a la gente a cuidar el valor y a multiplicarlo.  ¿Cómo puede, uno, no admirar un sistema así?

Columna publicada en El periódico.