La competencia por alcanzar la Presidencia de la República, así como 160 curules en el Congreso, 20 en ese ñaque que se llama Parlamento Centroamericano y 340 alcaldías comenzará en menos de dos meses y los partidos políticos, tanto los que participarán por primera vez, como los que ya han corrido otras veces, hacer sus campañas en poco más, o menos 90 días.
Entre quienes recordamos la inmundicia y la saturación de propaganda en comicios anteriores, no faltará quien piense que es muy buena idea limitar artificialmente el tiempo y la cantidad de propaganda; pero detente un momento y piensa. De entrada, ¿quién se beneficiará con aquellas disposiciones?
- Aquellos candidatos que sean conocidos. Aquellos cuyas caras y nombres no les sean ajenos a los electores. Aquellos que hayan tenido la oportunidad de hacer campaña con anterior, sobre todo si han hecho campañas millonarias. Aquellos que hayan tenido la oportunidad de usar recursos de los tributarios para ganar algún tipo de popularidad, o por lo menos algún tipo de reconocimiento. Si tu cara ha estado en cajas para magdalenas, y si has podido regalar magadalenas, eso es una ventaja. Si tu cara ha estado en mupis y si has tenido cobertura mediática amplia, aquellas son ventajas. Si has acudido a inauguraciones de escuelas, centros de salud, chorros de agua y esas cosas, tienes ventaja. Si has repartido pelotas, uniformes deportivos y goodies –sobre todo si lo has hecho desde el gobierno– no estás en las mismas condiciones precarias que muchos de tus competidores.
- Aquellos candidatos que tienen algún tipo de organización partidista en todo el país, o en los municipios más importantes electoralmente hablando. Aquellos que tienen quien les organice mitínes y quién les acarre gente. Aquellos que tienen quien les lleve y les traiga. Los que tienen quien los reciba. Los que tienen sedes y tienen presencia.
Casi nadie pregunta, ¿qué pata puso ese huevo? cuando se refiere a aquellos candidatos. Cosa que no ocurre con otros candidatos, y especialmente con los que han sido sacados del fondo de la olla. Los nigromantes que diseñaron la reforma electoral y la legislación electoral actual seguramente contaron con esto.
Yo no me preocuparía por el supuesto desgaste de los candidatos que son conocidos y tienen organización partidista. La vez pasada, Sandra Torres y Manuel Baldizón -desgastadísimos- así de cerca estuvieron de hacerse con la Presidencia.
¿Pero ya te diste cuenta?
Habiendo tenido todo el tiempo del mundo para investigar a Sandra Torres y a su Unidad Nacional de la Esperanza por asociación ilícita y financiamiento electoral no reportado, la Fiscalía especial contra la impunidad y el Ministerio público esperaron a que la candidata fuera inscrita como tal en el Tribunal Supremo Electoral y estuviera protegida con inmunidad.
Con esta maniobra, los patrocinadores nacionales e internacionales de Torres y la UNE -la consentida de la CICIG y de la Internacional socialista- pueden decir que no es cierto que ella y su partido no sean investigados. Pueden decir que no es cierto que en su camino electoral esté siento allanado mediante la remoción de otras opciones y de sus opositores.
En mi pueblo, a maniobras como esa se les llaman dar atol con el dedo.
Es como cuando la FECI y el MP permitieron que Alvaro Colom y Alberto Fuentes Knight fueran sacados rápidamente del cuartel Mariscal Zavala, luego de una palmadita en el derriere y para dar la impresión de que estaban siendo parejos con todos en temas de corrupción.
Para las próximas elecciones sí hay hijos y si hay entenados. A los entenados se les cae con todo el peso de la ley para sacarlos de la contienda; en tanto que a los hijos (y específicamentre a la hija) se les sirve la Presidencia en bandeja de plata. Formalmente, sus patrocinadores pueden decir que no hay privilegios para ella porque está siendo investigada; pero la verdad es que fue muy conveniente que le dieran 24 horas para ser inscrita y obtener su inmunidad, antes de anunciar una investigación contra ella y su partido por asociación ilícita y financiamiento electoral no reportado.
Ahora no sólo se trata de que los competidores de Torres y la UNE que sobrevivan a los señalamientos de la FECI y del MP no podrán darse a conocer como Torres y la UNE son conocidos; sino que también es que sólo ella y su partido -y un pequeño grupo de elegidos para taparle el ojo al macho; y un plan B (con sólo ganas de florecer) podrán competir en los comicios.
Mientras tanto y para hacer las cosas más confusas; la candidata Torres con todo su larga cola ideológica, ahora se pinta a sí misma como una candidata moderada que no se va a prestar a la conspiración de una izquierda radical lidereada por Thelma Aldana, que va con el partido Semilla.
Así, a la luz de los patrocinadores de Torres y de la UNE, así como a la de sus corifeos, habrá elecciones libres, limpias de corruptos, legales; pero ¿legítimas?
Hoy más que nunca, somos los electores y los tributarios los llamados a defender la república, el estado de derecho y la calidad del sufragio.
¿Qué opinas?