Redes sociales y ánimo de la gente

Cuando se aborda el tema de las noticias falsas y redes sociales, lo que viene a mi mente es que el valor que debe ser protegido es el de la libertad de expresión.  En el entendido de que la libertad no es la facultad de hacer lo que yo quiera, sino la de actuar conforme a mi mejor juicio, sin estar sometido a la coacción arbitraria por parte de otros.

Escucha el podcast aquí.

El tema viene al caso porque el martes pasado participé en un programa sobre cómo influyen las redes sociales en las mentes y el estado anímico de la ciudadanía, en Canal Antigua.

Las redes sociales en particular, y la Internet en general, han empoderado a todo individuo que tenga acceso a ellas y le han dado voz y espacio para emitir y compartir ideas -propias y ajenas- sin más límite que el de su mejor buen juicio.  Pero eso no sucedía antes.  En mis tiempos si querías compartir tu opinión sobre algo con un público más allá de la mesa del comedor de tu casa, dependías de la buena voluntad de un editor de medios masivos. Peor era la cosa si querías publicar un libro.  Y algunos piensan que eso evitaba que hubiera noticias falsas, o libros llenos de babosadas.

Empero, la manipulación de las noticias, e incluso la invención de noticias preceden a las redes sociales y a la Internet.  Ve a cualquier buena biblioteca y vas a encontrar libros con ideas que no pasan la mínima prueba de lógica elemental.  La diferencia, ahora, es que la posibilidad de generar olas de reacciones populares basadas en noticias falsas y manipulación se ha elevado a la N potencia.

Algunas personas piensan que el remedio está en la censura por parte de quienes ejercen el poder y que debería haber una ley. Pero soy de la opinión de que estamos en un período de adaptación y de maduración.  Prefiero creer que el empoderamiento de los individuos y grupos, para generar olas de opinión pública, demanda de los consumidores más responsabilidad y más habilidades para identificar hechos objetivamente y para reconocer cuáles son las fuentes confiables de información de las cuales puede nutrir sus opiniones propias.  Sin perder de vista que, el valor a proteger es el de la libertad de expresión.

Columna publicada en elPeriódico. Haz clic en la foto para ver la conferencia sobre libertad de expresión, por Flemming Rose, en la Universidad Francisco Marroquín.

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