Cuando leemos que 11 por ciento de los productos de la canasta básica que adquieren los hogares guatemalteos son de contrabando; lo que eso quiere decir es que 11 por ciento de aquellos productos que adquieren los hogares chapines son cargados con impuestos tan altos que -para proteger la economía familiar- los responsables de proveer aquellos hogares no tienen objeción alguna a pasar sobre la ley.
El caso es que los impuestos de importación elevan artificialmente los precios de muchos artículos de la canasta básica, hasta tal punto en que si estos mismos artículos son comprados -sin que hayan tenido que pagar lo que demandan los políticos y sus burócratas- el gasto rinde más. El contrabando, por cierto, aunque es delito, no es crimen; es decir que no es malo en sí mismo, sólo es malo porque está prohibido.
El jueves pasado leímos que desde 2010 el quetzal ha perdido Q0.22 de poder de compra, y que en los últimos 12 meses el quetzal ha pasado de tener un poder adquisitivo correspondiente a Q0.87 (de 2010) a Q0.78. ¡Nos están haciendo bajada! y por eso no es extraño que muchos hogares acudan a productos que sean lo más barato posible. Mientras tanto, el Banco de Guatemala se mantiene ocupado protegiendo el valor del dólar, frente al quetzal, y en consecuancia los bienes de la canasta básica importados son artificialmente más caros.
¿Viste por que es que la gente opta por comprar de contrabando?
Por cierto, ¿recuerdas el poema de Pepe Batres (1809-1844), sobre el contrabando?