Gracias al Ejército

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De todos los enemigos de la libertad, la guerra es el más temible porque comprende y desarrolla el germen de los demás, dijo James Madison. En Guatemala, el enfrentamiento armado interno hizo aquello. Porque un grupo de marxistas-leninistas quiso establecer un régimen inspirado en el totalitarismo de Castro y Stalin, los guatemaltecos nos vimos envueltos en 36 años de violencia en los que se criaron los gérmenes contra los que advirtió Madison.

Por dicha, mi generación y la siguiente no tuvieron que sufrir los horrores que viven los Venezolanos y Cubanos, o los que vivieron los camboyanos y otros pueblos sometidos a los ideales que inspiraban a las FAR, ORPA, EGP y PGT. Si te horroriza el terrorismo en el aeropuerto de Estambul, no olvides que los guerrilleros chapines pusieron una bomba en el parque central de la ciudad de Guatemala, que igualmente cobró vidas humanas, y que saquearon y destruyeron el museo de Tikal.

La institución que impidió que mi generación y la siguiente crecieran en dictaduras criminales como las que destruyeron millones de vidas en Africa, Asia y Europa del este fue el Ejército de Guatemala que, en cumplimiento de la enfrentó a las guerrillas de la hoz y el martillo. El Ejército impidió que Soto, Ramírez, Asturias, o Rosales se convirtieran en los Ceaucescu, los Kim, los Castro, o los Maduro de Guatemala. El Ejército impidió que fuera establecida la dictadura del proletariado con toda su brutalidad.

El enfrentamiento armado tuvo costos…porque de todos los enemigos de la libertad, la guerra es el más temible. Costó vidas humanas y le dio paso a abusos y corrupción. Pero a pesar de los abusadores y los corruptos (que deberían enfrentar las consecuencias jurídicas de sus actos), es de justicia y de decencia darles las gracias a los miles de oficiales y a las tropas que participaron (y hasta entregaron sus vidas) en aquel enfrentamiento y evitaron la dictadura colectivista y totalitaria. El domingo no podré saludar al Ejército en su desfile; pero va mi agradecimiento a los buenos veteranos y militares de alta que –honradamente– cumplieron y cumplen con su deber constitucional.

Columna publicada en elPeriódico.

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4 comments

  1. Luis:

    Me parece demasiado simplista la forma en que se explican en esta columna las complejas dinámicas de la Guerra que ensangrentó a Guatemala durante 36 años. No soy defensor de la guerrilla ni del Ejército, pero me parece que debemos atenernos a los hechos y no a la “futurología” (Ejemplo: si la guerrilla hubiera ganado la guerra, habrían implantado una “dictadura criminal”… “como las que destruyeron millones de vidas en Africa, Asia y Europa del este”). En otras palabras usted está asegurando que el Ejército nos salvó de algo que “podría haber ocurrido” (?).

    Por otro lado, está documentado ampliamente que el 93% de los muertos durante la Guerra fueron responsabilidad del Ejército y grupos paramilitares ligados al mismo. Usted resume estas 250,000 víctimas civiles, a estos hombres, mujeres y niños en su mayor parte desarmados con la simple frase “el enfrentamiento armado tuvo costos…”. Disculpe, pero se trata de preciosas vidas humanas, no de simples “costos”.

    La guerrilla también cometió crímenes imperdonables, los cuales deben ser juzgados. Sin embargo, los números hablan por si solos. En Camboya el Khmer rojo cometió Genocidio. En Guatemala, la guerrilla no lo cometió (al menos no en la vida real, aunque posiblemente si en esa realidad/futuro virtual que usted plantea).

    Ni siquiera me quiero meter a la discusión legal acerca de si “hubo” o “no hubo” Genocidio en Guatemala, aunque me cuesta encontrar otra palabra para describir las atrocidades que cometió el Ejército como parte de su estrategia contra insurgente, la cual no comprendía solo el combate a guerrilleros armados sino la persecución y destrucción de población civil desarmada. Lo cual también ha sido documentado científicamente.

    Por último, quisiera decirle que de su columna (y de otras) se desprende la idea de que en Guatemala todo estaba bien hasta que apareció “inexplicablemente” la guerrilla. Cualquiera con dos dedos de frente y un poco de conocimiento de nuestra historia sabe que para 1962 ya teníamos décadas (siglos?) de vivir en en un Estado mercantilista, fascista, excluyente, racista, y que a lo largo de todo el siglo XX vivimos bajo dictaduras militares anticomunistas (muchos años antes de que existiera la guerrilla).

    Saludos al Ejército en su día, pero también a las víctimas. Respetemos su memoria y no los acusemos falsamente. La verdad es mucho más compleja que una película de “los buenos” y “los malos”.

  2. En el período 1978-1984, el Estado guatemalteco cometió actos de terrorismo contra población civil que supuestamente apoyaban o formaban parte de la guerrilla. Estos actos de terrorismo estatal no fueron solamente “abusos”, formaban parte de una estrategia contra-insurgente.

    Dicha política en parte estaba orientada a evitar que “un grupo de marxistas-leninistas” establecieran “un régimen inspirado en el totalitarismo de Castro y Stalin”. Esto está claro, dada su ideología anticomunista.

    Sin embargo, la mencionada política constrainsurgente también estaba encaminada a mantener intactas las estructuras y privilegios de las élites económicas mercantilistas, y a evitar a toda costa cualquier cambio hacia la democratización de la política o la eliminación del racismo.

    En cuanto a los crímenes de la guerrilla deben ser juzgados, por supuesto (muchos de los cuales si podrían catalogarse como “abusos y corrupción”) . Pero me parece demasiado simplista llamar “abusos y corrupción” a lo que claramente fue una política de Estado.

    Luis, sería interesante un debate al respecto basado en argumentos y en hechos, más que en descalificaciones.

  3. Hola. Mi columna tiene sól0 2150 caracteres con espacios. Por lo tanto, todo lo que escribo en ellas necesariamente no incluye todos los ángulos que un lector (o la suma de todos los lectores) quisieran encontrar. Gracias por hacer referencia a otras columnas y, ojalá, pudieras explorar no sólo las columnas, sino otros artículos que he publicado en Carpe Diem. Ahí encontrarás numerosas -y a veces cansinas- entradas sobre la corrupción, el estado benefactor mercantilista, el estatismo, el colectivismo, crímenes y otros males (de siempre) que nos inspiran (supongo que a tí y a otros como a mi) a trabajar por un cambio social profundo y radical. Ahora bien…cuento sólo una parte de la historia porque otros cuentan otras partes de la misma. En los espacios de comunicacion de los defensores de la guerrilla no encontrará alusiones a los esfuerzos de los promotres la igualdad de todos ante la ley y el respeto absoluto de los derecho individuales, ni alusiones a los esfuerzos de los promotores de la presuación “vis a vis” la revolución. Ni alusiones positivas a los esfuerzos de los liberales clásicos, los libertadios, los objetivistas y otros opositores al colectivismo y al totalitarismo. Todos contribuimos con nuestras perspectivas para que los lectores y los investigadores puedan ver “the big picture”. ¿Qué sentido tendría ocultar una parte de aquellas perspectivas para que prevaleciera un pensamiento único, o una versión única de los hechos? Hágame una caridad…tengámos un debate basado en argumentos y hechos y -en beneficio de los lectores (suyos y míos) no haga cosas como la siguiente: usted me cita “el enfrentamiento armado tuvo costos…”; y luego dice: “Disculpe, pero se trata de preciosas vidas humanas, no de simples costos”. Al hacer eso deliberadamente omite que unas letras más adelante yo escribí que “El enfrentamiento costó vidas humanas”, y con ello trata de hacerles creer a los lectores que yo no tomo en cuenta esa trágica dimensión de lo que ocurrió. Eso no se vale. No se vale porque usted critica mis argumentos por algo que usted dice que no hago…y sin embargo está ahí escrito: “El enfrentamiento costó vidas humanas!. Afortunadamente el promedio de lectores de este espacio no cae en esas trampas. Tiene razón con eso de que la “película” es compleja, por eso insisto en que la veamos en toda su complejidad, y no sólo desde la “historia oficial” y del pensamiento único, y menos desde la manipulación. Gracias por escribir.

  4. Luis, gracias por responder a mis tal vez excesivos comentarios. En realidad el segundo lo escribí bajo la impresión errónea de que no publicaría el primero, no pretendía escribir tanto.

    Segundo, cometí un error al omitir su cita completa: “El enfrentamiento armado tuvo costos…porque de todos los enemigos de la libertad, la guerra es el más temible. Costó vidas humanas y le dio paso a abusos y corrupción”. Tal vez no estamos de acuerdo acerca de si eran o no “costos”, pero si en que eran vidas humanas, y que fue algo trágico.

    Sin embargo, no se trata de una omisión malintencionada o de un intento de manipular a los lectores/as, ni de una “trampa” (“trampa”? por favor !). De hecho, la cita completa -el artículo completo- está a plena vista, un poco más arriba para que cualquiera pueda corroborar lo que usted realmente escribió o si yo estoy mintiendo.

    Volviendo al tema central, trataré de resumir mis argumentos y pido disculpas por tomarme tanto espacio. Veamos:
    1) aparentemente el Ejército nos salvó a los guatemaltecos de vivir bajo una “dictadura criminal” a la Stalin en un futuro que nunca sucedió (ucronía?).
    2) sin embargo, el columnista omite el pequeño hecho de que para 1962 -año del surgimiento de la guerrilla-, ya vivíamos bajo una dictadura militar que se prolongó por lo menos entre los años 1960 y 1984
    3) ambos bandos cometieron “abusos y corrupción”, pero en el caso del Ejército/ dictadura dichos “abusos y corrupción” no eran solo eso, eran además parte de una política de Estado, que implicó tanto propiamente el combate a la guerrilla como las destrucción y asesinato de comunidades enteras de civiles desarmados.
    4) el Ejército / dictadura ejecutó dicha política para defender el status quo dominante, el que en muchos sentidos se mantiene intacto hasta el día de hoy. En otras palabras, lo hizo para bloquear o evitar toda posibilidad de “un cambio profundo y radical” (para usar sus palabras).

    Por último, la discusión sobre la “historia oficial” y el “pensamiento único” es muy interesante y compleja, no podríamos agotarla aquí.

    Sin embargo le hago la observación que desde mi punto de vista y mi experiencia de vida, la “historia oficial” y el “pensamiento único” dicen precisamente que en Guatemala todo estaba bien hasta que llegó la guerrilla, que el Ejército nos salvó la dictadura y ya. Sin matices.

    Esa es la “historia oficial” y ese es el “pensamiento único” que me enseñaron en la escuela y la que le enseñan a mis hijos hoy. Se puede -o no- estar de acuerdo con historias más críticas y complejas como las planteadas por CEH, Sabino, Vela, Torres-Rivas, entre otros… pero no son desde ningún punto de vista la “historia oficial”.

    Gracias por el espacio y por la interesante discusión.