¡Es casi increíble que el Congreso haya tomado en serio la idea de forzar la lectura de la Biblia en las escuelas estatales! Sería increíble si Frank Herbert no nos hubiera advertido de que cuando la religión y la política viajan en el mismo carruaje, los pasajeros creen que nada puede interponerse en su camino.
En su oportunidad, el diputado ponente dijo que le habló un dios y le dijo que la delincuencia en Guatemala tiene su origen en que los chapines no leen la Biblia. Sostuvo que sólo la gente que lee la Biblia es buena. ¿Qué encontrarían -sobre la violencia- los niños que fueran obligados a leer la Biblia?
David quería quedar bien con su suegro, Saúl, que no tenía interés en una dote cualquiera. Saúl le pidió a David 100 prepucios de filisteos y David le consiguió 200. ¡Doscientos prepucios que los filisteos no entregaron por las buenas! ¿Cuánta violencia habrá que ejercer para conseguir 200 prepucios? Samuel 18:25-27
Unos hombres rodearon la casa de un anciano que alojaba a un forastero y para que los malvados no le hicieran daño al huésped el anciano ofreció sacar a su hija virgen y a la concubina del huésped para que los hombres hicieran con ellas lo que les pareciera bien. Los hombres violaron y abusaron de la concubina toda la noche, hasta el amanecer. Esa mañana el huésped volvió a su pueblo con la concubina, tomó un cuchillo, la desmembró en doce pedazos y la esparció por todo el país. Jueces 19:16-30
Si lo anterior no te impresionó, ¿qué tal la promesa para el pueblo de Samaria? Ese pueblo cargará con su culpa por haberse rebelado contra su dios. Caerán a filo de espada; ¡a los niños los lanzarán contra el suelo, y a las embarazadas les abrirán el vientre! Oseas 13:16
No sé a ti; pero a mí estas historias me parecen cosas de mareros, cosas que podrían haber ocurrido en Los pajoques, o en Barillas; cosas que salen en las páginas de notas rojas de los diarios. Cuando M. Osorio dice que el dios de la Biblia le dijo que la violencia tiene su origen en que los chapines no leen la Biblia y que sólo la gente que lee aquel libro es buena, ¿no te da qué pensar? La educación debe ser libre.
Columna publicada en elPeriódico; y la ilustración la tomé de Facebook. El texto de Hipatia, dice: Las fábulas deben ser enseñadas como fábulas, los mitos como mitos y los milagros como fantasías poéticas. Enseñar supersticiones como verdades es una cosa terrible. Las mentes de los niños las aceptan y creen en ellas, y sólo con gran dolor y tal vez de forma trágica, puede ser que -después de años- sean aliviadas de ellas.
Es una pena que se insista en las lecturas obligatorias sabiendo que son las que más aburren, me crié en un colegio de monjas pero incluso ellas nos decían que no todas las partes de la Biblia eran comprensibles para todos no para todas las edades que “necesitabamos la iluminación del espíritu Santo y alguien con quien discutir las temáticas profundas que la Biblia tiene”. A mi estos golpes de pecho aparte de engordar algunas billeteras de quienes promueven me suena a disfraz de moral (y de papel de esos que se desarman a la primer puesta) ¿Están todos los profesores capacitados como para orientar la lectura si apenas atienden las guías curriculares y dominan los libros ya existentes? para quienes la Biblia es sagrada deberían detenerlos, ellos mismos saben que se necesita discernimiento y para los demás siempre estará el pilas que diga que “mejor ve las pelis”