Japón, que es la tercera economía del mundo, entró en recesión y añadió más dudas a una ya de por sí débil recuperación mundial. Eso sí, no es cierto que fuera de forma inesperada como se dice en algunos medios.
Todo aquel que conociera de economía austriaca sabía que las musarañas monetarias, cambiarias, crediticias y tributarias de los economistas japoneses (conocidas como Abenomics en alusión al Primer Ministro nipón) no eran más que keyensianismo, y ya se sabe en qué termina el keyesianismo. ¿A quién le sorprende? El gobierno subió el IVA del 5% al 8% ¿De verdad no esperaban daños graves?
En septiembre de 2012 cuando el gobierno japonés anunció que compraría activos para inyectarle más dinero al sistema financiero, era de suponerse que se iba a desatar el monstruo de la inflación. En abril de 2013, cuando el gobierno japonés anunció que para animar su economía iba a ampliar y a acerlerar la base tributaria (o sea a crear inflación), al estilo keynesiano, comenté que estabamos frente al nacimiento de una pesadilla japonesa…y la pesadilla ya se hizo realidad. Esto es lo que pasa cuando uno toma en serio a economistas como Paul Krugman.
¿Será por eso que la esposa del pintor Ikuo Hirayama y otros japoneses went Galt a principios de 2013?
La ilustración la tomé de Facebook.
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