Lima, la CICIG y las sorpresas que no lo son

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¿De verdad te sorprendió que reclusos y autoridades del sistema penitenciario y del Ministerio de Gobernación estén o pudieran estar involucrados en redes de negocios, tráfico de influencias, repartición de priviliegios y otras actividades relacionadas?

¿De verdad te sorprendió que a las puertas del vencimiento de su mandato, la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala se lanzara a un espectáculo de truenos y relámpagos?

¿Me vas a decir que en Guatemala, México, El Salvador, Honduras -para sólo citar tres vecinos- o en cualquier parte del mundo, un encargado de cárceles y un ministro de seguridad no van a saber que las prisiones son caldos de cultivo para todo tipo de cosas raras?  ¿Me vas a decir que ni se lo sospechan? ¿Me vas a decir que sabiendo lo que sabes de políticos, funcionarios y todo eso, crees que el Ministerio Público y la Administración necesitaban que la CICIG expusiera las intimidades del sistema penitenciario?

¿Me vas a decir que te extraña que haya políticos que tengan tratos con reos? ¿Será posible tener negocios, teléfonos y apartamentos en una cárcel, sin el conocimiento -ya no digamos sin el conocimiento- de las autoridades encargadas, a todo nivel?

Yo visité Pavón dos veces: la primera como parte no recuerdo si de mi clase de Derecho Penal, o de Criminologia, acompañado por mis compañeros y del capellán Antonio López; y otra vez cuando trabajaba en el programa de televisión Libre Encuentro.  Otra vez estuve en el Centro de Detención Preventiva de la zona 18, para visitar al periodista Hugo Arce cuando estuvo ahí de huesped.  En las tres ocasiones, porque así me fue explicado y porque era muy evidente, estaba claro que los reos ejercían un nivel de control elevado en la administración y funcionamiento de aquellos centros de reclusión.  Pero cuando digo los reos no es todos los reos, sino que grupos específicos que toman el control de los negocios, los espacios, las asignaciones, el orden, las jerarquías, y muchos otros aspectos de la vida carcelaria.

El punto es que, ¿te sorprendería si alguien te dijera que las cárceles chapinas siempre han estado en manos de pandillas y mafias con el consentimiento y la complicidad de las autoridades penitenciarias?  ¿Te sorpendería si alguien te dijera que esos grupos cambian con el tiempo y con los cambios en las relaciones de poder? ¿Te sorpendería si alguien te dijera que el poder aborrece el vacío?  Si quieres entender cómo funcionan las pandillas y los comités de orden en las prisionas, quizás quieras leer The Social Order of the Underwold, por David Skarbek.  En esa investigación, el autor explica que las pandillas y [y sospecho que  los comités de orden] en las prisiones, son organizaciones complejas que regulan el mercado negro, resuelven conflictos entre , mantienen el orden, organizan actos de violencia estratégicos, en un mundo en el que las instituciones del gobierno son especialmente no confiables. Si no quieres comprar el libro, puedes ver la conferencia.

Para un reo, o un grupo de reos, ¿será posible mantener el control de un presidio a lo largo de 15 años, tres administraciones, quién sabe cuántos ministros y directores generales, así como de tres fiscales generales y tres procónsules de la CICIG? Digo… mantener el control sin el conocimimiento y quizás la complicidad de muchas de aquellas autoridades.

Aquí está el gran clavo de la CICIG.  Abrió una olla de grillos en el momento mediático más oportuno: cuando el Ministro de Gobernación y el Presidente no estaban entusiasmados con renovar su mandato.  La abrió en un tema en el que la Comisión cuenta con el apoyo incondicional de sus patrocinadores de siempre en la esquina ocupada por la oligarquía de los derechos humanos, las ONG vinculadas con la exguerrilla, la progresía y alguno que otro incauto, porque Byron Lima está preso por el asesinato de Juan Gerardi (¡Como cómplice sin que hubiera sido hallado el autor!).   Byron Lima es un reo impopular.  El gran clavo para la CICIG, en donde se juega su siempre precaria credibilidad, es que una cosa es exponer los negocios y privilegios de un reo bien demonizado, y otra muy diferente es demostrar que se está dispuesto a raspar al fondo de la olla y exponer la red de socios, amigos y compadres que está detrás de los negocios, los privilegios y otras actividades relacionadas en Pavoncito y en todo el sistema pentenciario.  ¿No me vas a decir que lo que ocurre en Pavoncito no ocurre (con sus diferencias) en otras prisiones del país?

A finales de los años 60 un amigo -idealista y muy bien intencionado- de mi padre, ocupó el cargo de Director de Presidios (o su equivalente) y mi padre contó que salió de ahí muy decepcionado, más corriendo que andando, porque -ya en aquel entonces- era imposible ocupar ese puesto sin involucrarse en actos delictivos.  ¿Cómo te imaginas que es ahora?

Si este fuera un país serio, dentro de poco tiempo conoceríamos qué funcionarios -al más alto nivel- estan relacionados con los negocios en todo el sistema penitenciario.  Si el nuevo caso de la CICIG no fuera sólo un ¡Bang! con ocasión de que vence su mandato, en poco tiempo conoceríamos la extensa y profunda red de personas que hacen posibles  las anomalías y los delitos que se comenten entro del sistema penitenciario.  El gran clavo de la CICIG es que si raspa sólo de encimita lo que hizo sólo va a ser otro de sus pedos inflados; pero si se anima a raspar profundo puede que descalabre quién sabe qué estructuras de lo más encumbradas.  Alvaro Contreras Vélez, un viejo periodista guatemalteco decía que en  Guatemala nadie levanta la chamarra porque no se sabe a quién le va a dar frío.

…o quizás,  sólo quizás, podemos aprovechar para revolucionar el sistema penitenciario.  Tal vez alejarlo de la política y de la rapacidad de los políticos y sus funcionarios.  ¿Qué tal un sistema penitenciario que no sea inhumano, corrupto y viciado? ¿Qué tal un sistema penitenciario privado?

Foto por:  Andrew Bardwell  CC-BY-SA-2.0

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  1. Luisfi, opino que el Narco y otros grupos de presión han sostenido una dictadura en Guate, disfrazada de época democratica desde VCerezo. La marca oficial/cosmetica cambia c/ 4 años a elección de nosotros, pero la dictura se mantiene. En dicho caso las carceles son las oficinas de dirección general del caudillo sin nombre. Como que Ubico o Rafael Carrera cambiara de *equipo de gerencia* de vez en cuando.

  2. Qué triste que ya nada nos asusta ni nos impresiona.

  3. Lo que no se entiende, entre otras cosas, es que luego gran trabajo de la CICIG contra Giammatei y quienes quisieron mejorar ese desastre que son las cárceles, ahora ese es su caballito de batalla, y que el comisionado salga diciendo que los presos no son testigos confiables!! Que se lo digan a Sperinsen. Es tan ridículo que solo se puede pensar que lo que buscan es continuar con su buena vida de mantenidos sin hacer más que llamaradas de tuza.