Polarización y amenazas en la elección de Fiscal General

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La elección de nuevo jefe del Ministerio Público y Fiscal General, en Guatemala, llevó al país a horizontes de polarización elevadísimos; pero peor aún, sacó del fondo de la caja el recurso de las intimidaciones y las amenazas en el marco de la toma de decisiones políticas a este alto nivel.

La polarización comenzó con la pretension inconstitucional, por parte de la fiscal general, Claudia Paz y Paz -y su clientela y patrocinadores-  en cuanto a alargar su período frente al Ministerio Público.  La Corte de Constitucionalidad resolvió contra aquella pretensión y el horizonte de tensión y de polarización se elevó más porque había que elegir quién la sucediera.

En los ambientes políticos y cívicos de Guatemala, y desde que se inició aquel proceso,  estás con Paz y Paz y su grupo, o estás contra ellos.  El equipo de la Fiscal General ha politizado e ideologizado no sólo el Ministerio Público, sino toda discusión que tenga que ver con su permanencia al frente de la institución que, de acuerdo con la Constitución tiene como  fin principal velar por el estricto cumplimiento de las leyes del país.

Obvio que la elección de un nuevo Fiscal General es un proceso político -aunque debería hacerse tomando muy encuenta criterios técnicos-; pero es un proceso que concierne a los guatmaltecos como ciudadanos y como tributarios.  El equipo de Paz y Paz, sin embargo, ha incolucrado a Raymundo y todo el mundo.  Es curioso que su equipo considere que es una intromisión en el proceso la opinión de grupos de interés guatemaltecos; pero no tenga empacho alguno en aceptar el apoyo y las presiones a su favor de parte de embajadas, organismos internacionales, agrupaciones profesionales de Europa y de otras latitudes, así como de cualquiera que quiera subirse a su barco.

Obvio que en un proceso de seleccion de aquel calibre, y de naturaleza política, no sea ajeno a algún nivel aceptable de calentamiento de los ánimos.  Pero lo que es muy lamentable, muy peligroso, muy triste y muy atávico es que en pleno proceso de selección de los seis candidatos para el puesto, Milton Estuardo Argueta, uno de los obligados constitucionalmente a participar en la comisión de postulación correspondiente haya recibido dos mensajes de amenaza e intimidación.   Las amenazas le exigían que el abogado se retirara de la comisión de postulación.  Una cosa es presionar y vociferar; pero otra muy distinta es amenzar con el uso de la violencia.  No se vale.

Entiendo que hay grupos que están acostumbrados a hacer uso de la fuerza para prevalecer; y entiendo que hay grupos que creen que los procesos republicanos retrasan, cuando no obstaculizan del todo  la consecusión de sus objetivos.  Entiendo que los grupos que fueron capaces de poner una bomba en el parque central de la ciudad de Guatemala en septiembre de 1980, y que fueron capaces de destruir y saquear el museo de Tikal en septiembre de 1981 puedan no dudar en intimidar y amenazar durante un proceso como el que concluyó ayer con la selección de los 6 candidatos a Fiscal General.  Lo que no se entiende es por qué es que no hay un repudio generalizado contra ellos y por qué es que pueden convocar a los señores de Xibalbá -impunemente- cuando sus intereses no son favorecidos de forma legal y legítima.

Urge retomar la calma.  Urge que aquellos grupos se serenen.

A pesar de las formidables presiones mediáticas y políticas -locales e internacionales- su candidata obtuvo sólo 4 votos de los 13 miembros que tuvieron la dignidad y la decencia de presentarse durante el proceso de selección.  Si aquellos grupos son tan democráticos como dicen que son, este debería ser un mensaje alto y claro: los guatemaltecos no queremos más de lo mismo. Ciertamente no queremos más amenazas e intimidaciones.  No queremos más violencia.  Queremos que  y acaben la ideologización y la politizacion de la vida chapina.  Queremos a los señores de Xibalbá en donde deben estar: lejos y en el pasado.

Para empezar a acabar con la impunidad, urge un Ministerio Público profesional que promueva la persecusión penal, dirija la investigación de los delitos de acción pública, garantice los derechos de las víctimas y vele por el estricto cumplimiento de las leyes del país…con una venda en los ojos.  Sin ideologización y al margen de los conflictos políticos.

La foto es de Andrew Butko [GFDL 1.3 (www.gnu.org/licenses/fdl-1.3.html) or CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons

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  1. Alba Anzueto Castillo

    No cabe la menor duda, que los que amenazan son los de siempre, los violentos criminales secuaces y amigos de la fiscal Paz y Paz, Exguerrilleros…. o guerrilleros? Por favor basta ya, queremos una Guatelinda en paz.