La estatua de Tasso Hadjidodou, en la Sexta avenida del Centro Histórico, llama mucho la atención. Es como si él estuviera ahí sentado. Docenas de veces he visto que los niños la ven con curiosidad inmensa y estoy seguro de que algunos de ellos no saben si se trata de una estatua de verdad, o de una de las estatuas vivientes que también ocupan aquel espacio.
La estatua, sin embargo, a cada rato es vandalizada por cafres y patanes. La rompen, la pintan, le quitan sus anteojos y la rayan.
A mucha gente le gusta tomarse fotografías con ella y a pesar de que ha sido lastimada en mont[on de ocasiones, ahí está siempre que puede. La gente le tiene cariño a esa estatua; pero a los cafres no les importa eso.
Como siempre nuestra mala educación y el odio a lo ajeno.
[…] estropeados por lo vándalos; igual que ocurrió con la estatua encantadora de Tasso Hadjidodou que fue objeto de la salvajada en más de una ocasión hasta que tuvo que se […]