Sería un desperdico si uno visita una ciudad de verdad en compañía del arquitecto Warren Orbaugh y no aprovecha para hacer uno, o varios tours de arquitectura y urbanismo; así que, en Chicago -que es una ciudad riquísima en arquitectura- paseamos por las calles y visitamos muchos edificios emblemáticos.
Durante la Objectivist Conference 2013 nos hospedamos frente al John Hancock Center a donde subimos a ver la ciudad desde las alturas; y al salir a caminar uno de los edificios más notables que vimos fue la Lake Point Tower. Por supuesto que es imposible visitar la Ciudad de los vientos sin encontrar edificios diseñados por Ludwig Mies van der Rohe, que los hay por montones. Su diseño límpio es fácil de identificar. ¡Por supuesto que también pasamos por la Willis Tower (antes llamada Sears Tower).
A mí me gustan mucho los edificios de estilo art deco; pero también los neoclásicos y los posmodernos. Siempre hay cosas que por extrañas y audaces llaman la atención, como uno de Helmuth Lang. Me pareció encantador el edificio del Chicago Tribune que tiene, en sus paredes, elementos arquitectónicos de decenas y decenas de edificios de todo el mundo.
Durante al paseo nos encontramos con esculturas de Picasso y de Calder; así como con un mural de Chagall. Conocimos acerca del movimiento City Beautiful y aunque llegamos tarde al Museum of Science and Industry, sí pudimos disfrutar del Art Institute of Chicago…pero esto fue en otro paseo. Conocimos y paseamos por el Harold Washington Library Center y su encantador jardín de invierno.
Me impresionó mucho el diseño original del Chase Bank; y todos los días pasábamos por la Chicago Water Tower que se halla en la Magnificent Mile. La vista desde mi cuarto, por cierto, era muy sencilla; pero encantadora, siendo que daba a la la parte de atrás de un edificio de oficina.
Chicago es una ciudad como deben ser las ciudades: diversas, caminables, con mezclas fascinantes de edificaciones antiguas y modernas; así como mezclas fascinantes de barrios,playas artificiales, residencias, parques y negocios. Visitamos y caminamos por varios barrios, y algunos de ellos estaban en transición. No faltó la visita al Navy Pier.
El CTA no es como el Metro de D.C. -en el sentido de lo hermoso y limpio- pero a mí me encanta ir de aquí para allá en esos vagones y prácticar el antiguo arte de people watching.
Ciertamente que cuando la OCON se celebra en ciudades, la experiencia (que ya de por sí es intelectual y socialmente riquísima) se eleva y se multiplica.
Pues me da mucho gusto que un paisano con opiniones objetivas y acertadas opine tan bien de la ciudad donde vivo, Chicago me encanta porque es una ciudad que tiene personalidad, así mismo, tiene personalidad y un toque bohemio.