Hay varias razones por las que yo quería un huipil de Panajachel desde hace ratos. La primera es que estoy emocionalmente vinculado a es pueblo desde que era chico; la segunda es que me gusta muchísimo el contraste de los colores rojo y azul en el brocado de esta pieza; y la tercera es que me divierten muchísimo las imágenes de los gatos con sus ojos grandes y abiertos. He visto muchas versiones de huipiles de Panajachel, y algunas incluyen otros colores, así como otras imágenes como aves, personas y perros; pero la mayoría de ellas incluye gatos. Y mis favoritos son estos con los ojos bien abiertos como pillados en plena travesura. La cuarta razón es que son difíciles de conseguir porque las mujeres, allá, ya no los producen, ni usan.
De niño, recuerdo haber visto estos textiles en muebles en de mi bisabuela, Mami. Y desde entonces me gustaban los colores y los gatos con los ojos grandes.