Más sobre el “transfuguismo”

Cincuenta y seis diputados se han cambiado de bancada desde que la actual legislatura tomó posesión.  Sostengo que el llamado transfuguismo no sólo no es intrínsecamente malo, sino que es bueno y útil.  Es bueno y útil porque está íntimamente relacionado con la libertad de conciencia de los diputados; y es bueno y útil porque a los electores les facilita saber quién es quién.

A aquellas apreciaciones les sumo una más que escuché ayer en una reunión de colegas: el llamado transfuguismo es una brújula electoral que apunta en dirección a los partidos que tienen más posibilidades de ganar la próxima elección.  Esto es porque los actores políticos tienden a moverse -y a apostar sus fichas- hacia las organizaciones que más posibilidades tienen de permitirles conservar el poder.  Desde otra perspectiva, tienden a abandonar las organizaciones que menos posibilidades tienen permitirles conseervar el poder.

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