Al sistema económico/político basado en la connivencia del sector público y el sector privado, para aprovecharse del dinero de los tributarios por medio de asignaciones presupuestarias, negocios y transferencias se le llama mercantilismo o crony capitalism. Pero, para referirse a él, más modernas y humorísticas son las voces miercantilismo y crapitalism*.
En eso pensé cuando leí que la nueva Administración apoyará una ley de vivienda. En mayo pasado la Cámara Guatemalteca de la Construcción les solicitó a los precandidatos presidenciales que tomaran en cuenta el negocio de la construcción y que, en sus planes de gobierno, incluyeran programas para destinar dinero de los tributarios para la construcción de 60 mil unidades habitacionales cada año.
A los constructores no se les ocurrió más que jugar la carta del déficit de vivienda y sugerirles a los políticos que, para resolver ese problema, usen el poder de la ley para transferir, forzadamente, recursos de los tributarios hacia sus negocios particulares.
El que la dirigencia popular tenga bloqueados –por la fuerza– la novena avenida y el Congreso, sirve a los intereses de los empresaurios. En julio pasado, la Asociación Nacional de Constructores de Vivienda pidió un subsidio a las tasas de interés para la construcción de viviendas, acceso a fuentes de financiamiento privilegiadas y la eliminación del IVA para la compraventa de casas…que ellos construyen. Eso, sumado a que los bloqueadores quieren financiamiento fácil para la adquisición de viviendas, es una receta explosiva.
¡Fue así, precisamente así, como empezó la crisis de las hipotecas subprime! ¿Dónde ha estado esta gente que no se enteró? ¿No leen los periódicos? Subsidios, créditos populares forzados y tasas artificiales, fueron caldo de cultivo para la quiebra de bancos y la crisis.
En lugar de más de lo mismo, el sector público y el privado deberían explorar soluciones de verdad. ¿Qué tal una reforma previsional mediante la cual los ahorros de largo plazo sirvan para financiar créditos hipotecarios? ¿Qué tal si, como la mejor política social es un buen empleo, la Administración crea las condiciones institucionales y jurídicas para flexibilizar el mercado laboral? ¿Qué tal si rechazamos el miercantilismo y el crapitalism?
*Ambos términos “técnicos” se los oí -por primera vez- a mi cuate, Gene, y a mi amigo, Giancarlo, hace unos meses en una conferencia.
Esta columna fue publicada en El Periódico.
[…] 2012 | Leave a Comment A los que estaban con dudas y estaban preocupados por la salud del estado miercantilista, se les informa que está sano y […]
[…] Si las noticias fueran como deberían ser, esta nota se leería así: Empresaurios de la construccion le pidieron al Presidente que use los impuestos para transferir riqueza de los tributarios, a sus bolsillos, por medio de un subsidio a las tasas de interés para la vivienda; y haciendo caso omiso de que las tasas de interés artificialmente bajas fueron la causa de la burjuja inmobiliaria y de la crisis financiera de 2008. Los constructores hace ratos que están buscando un privilegio que beneficie sus negocios. […]