Este teléfono de discado lo encontró mi cuate José Raúl en el Teatro Nacional. Y yo me pregunto si todavía sirven los teléfonos de discado.
Supongo que muchos lectores nunca vieron uno, y nunca usaron uno. ¡Cómo hemos avanzado, desde aquellos aparatos que no daban línea, y que había que obtener luego de años de espera y de quién sabe cuántas mordidas, hasta ahora que ¿quién no tiene un móvil al cinto?!