No digo pues, que cuando uno cree que ya vio todo, siempre hay un político, o burócrata que lo sorprende. El gobierno de Argentina tuvo que dejar sin efecto, a ultima hora del martes pasado, una prohibición de importar aproximadamente un millón de libros, revistas y fascículos, que desde el jueves anterior permanecían retenidos en la Aduana.
¿A quién que no sea un nacionalsocialista, un socialista real, un mercantilista, o un fan del estado niñera se le podría ocurrir algo así? ¿A quién se le podría ocurrir ahora que se perfila que los ebooks desplazarán a los libros impresos?