Cuando voy a alguna población, una de las cosas que más disfruto es la visita al mercado local. Por supuesto que eso hice en Samayac, que es tierra de brjujos, de jabón de coche y de cuero.
Encontramos jabón de coche que, aunque ya no se hace de grasa de cerdo, sino de res, todavía conserva sus color y olor desagradables. Empero, la gente asegura que conserva sus propiedades benéficas para la piel y para el cabello. En casa de mi bisabuela, Mami, había jabón de coche; y estoy seguro de que -más de una vez- me lavaron la cabeza con una de esas bolas en aquel baño que tenía una tina enorme y que olía de forma tan particular.
Encontramos puros para Maximón y copal en bolitas negras que, según el vendedor, se usa en ritos satánicos.
También encontramos, frijoles-arveja que yo nunca había visto. Compramos una libra para la casa y anoche los cocinamos. Ya les contaré cuando me los desayune.
En mayo del 2011 Raúl y yo, en compañía de nuestra amiga, Lissa, hicimos un road trip a Samayac, Suchitepéquez para conocer más sobre esa área.
El término Samayac es de origen caqchiquel y proviene de la palabra tzaamayac, la que a su vez se origina de los términos tzaam que en español quiere decir nariz, o punta y yac que en español quiere decir gato de monte, por lo tanto Nariz de gato de monte o Cima donde hay gatos de monte.
Tamales, tortillas y sonrisas en Samayac.
[…] ayer comí los frijoles arveja que traje de Samayac. Me los comí para el desayuno, cocidos con un poco de cebollín y servicos con un chorrito de […]