Que no le digan, que no le cuenten…

Entre algunos analistas y columnistas, pero especialmente entre aquellos con formación Marxista, es muy común cometer el error de pintar con brocha gorda. Como crecieron creyendo que la Historia discurre gracias a la lucha de clases, y como de estas sólo hay dos en cada estadio de la Historia (esclavos y amos, proletarios y burgueses, para dar dos ejemplos), sus análisis no les permiten el uso del pincel, ni distinguir matices abismales en la filosofía, en la ética, en la política, en la economía, ni en otros campos del conocimiento y de la acción humanas. Otros que cometen un error parecido -desde otro ángulo del espectro filosófico- son los de formación Kantiana, pero de estos me ocuparé otro día.


Por eso es que los primeros no distinguen entre conservadores y libertarios; y no distinguen entre liberales a la francesa y liberales a la inglesa o liberales clásicos, o entre liberales racionalistas y liberales empiristas; y no distinguen entre libertarios y objetivistas. No distinguen entre capitalismo y mercantilismo. Ellos sólo ven, de una forma maniquea, dos bandos. Aquella limitación metodológica les facilita la arenga; pero la confusión hace difícil una discusión de ideas profunda y enriquecedora.

Vea, usted, el caso de Alvaro Velásquez en su columna de hoy. Velásquez confunde el pensamiento de Friedrich A. Hayek, de orden liberal inglés o empírico, con el conservadurismo. Confusión que es muy injusta y engañosa porque en Los fundamentos de la libertad, el buen Hayek dedica un capítulo entero a explicar por qué es que él no es conservador. Hayek dice, de forma inequívoca, que conviene trazar clara separación entre la filosofía que propugno y la que tradicionalmente los conservadores defienden. Hayek advierte, alto y claro, contra el quietismo de los conservadores. Explica, por ejemplo, que el temor a que operen unas fuerzas sociales aparentemente incontroladas, explica dos características del conservador: su afición al autoritarismo y su incapacidad para comprender la mecánica de las fuerzas que regulan el mercado. En este contexto, uno pude suponer que los conservadores tienen más en común con los tecnócratas y hasta con los socialistas, que con los liberales empiristas, los libertarios y los objetivistas. Virginia Postrel, en una obra riquísima de leer que se llama The Future and its Enemies, sugiere una distinción actualizada en la que llama stasists (por su aversión al cambio) a los conservadores.

Lo que si es cierto es que, durante la Guerra Fría existió una alianza de conveniencia entre los conservadores y los liberales, los libertarios y los objetivistas para enfrentar la amenaza de los totalitarismos marxista, leninista y maoista, por citar algunos. Pero una alianza circunstancial no implica comunidad de principios. Implica comunidad de temores; pero no de principios.

Con respecto a los principios, Hayek explica que el conservador no tiene principios; pero sí tiene convicciones morales muy arraigadas; y que la falta de principios políticos le impiden colaborar lealmente con gentes cuyas valoraciones morales difieran de las suyas, con miras a así, entre todos, estructurar una sociedad en la que cada uno pueda ser fiel a sus propias convicciones.

Por eso es que muchas de las críticas que los analistas y columnistas a los que me refiero en el primer párrafo le hacen al liberalismo clásico (y a otras expresiones de la filosofía de la libertad) -y muchas de las críticas que hace Velásquez- le calzan perfectamente al conservadurismo y uno no puede sin adherirse a ellas; pero no se le aplican, y son injustas, si van dirigidas al liberalismo.

Vistas con un lente que no sea ideológico, las diferencias abismales entre los conservadores y los liberales clásicos, así como las diferencias entre libertarios, objetivistas y otros capitalistas, son fascinantes, dignas de atención y dignas de respeto.

Al lector incauto, Velásquez quiere hacerlo creer que para el pensamiento que el llama libertarista-conservador no existe el estado, sino sólo los individuos. Lo cual no tiene pies ni cabeza porque uno no es excluyente de los otros, ni viceversa. De hecho, Hayek escribe Los fundamentos de la libertad, ¡precisamente! para sugerir cómo debería estar organizado el estado para proteger los derechos de los individuos y la igualdad de todos ante la ley. ¿Qué sentido tendría escribir un libro sobre aquel tema, si se cree que el estado no existe, es nada, o no es digno de tomar en serio. Ludwig von Mises, otro grande de la libertad, en su obra Liberalismo es clarisisisisimo al advertir que el liberalismo en nada se parece al anarquismo y señala que un estado fuerte es necesario porque la amenaza de la fuerza, por desgracia, ha de gravitar constantemente sobre quienes pretenden alterar la cooperación pacífica entre los seres humanos. Tiene que haber un poder suficiente como para controlar a los que no se muestran dispuestos a respetar la vida, la salud, la libertad, y la propiedad de los demás. ¿De dónde, y con qué propósitos, saca Velásquez que para los liberales no existe el estado? ¿A qué liberales leerá Velásquez?

Y así se puede ir uno analizando una a una la lista que compara el columnista y que pretende hacer pasar como creíble. Dice, por ejemplo, que para los liberales no existen los grupos indígenas, sino sólo los guatemaltecos. Dice que para los liberales no existen los géneros, sino sólo personas capaces. ¿De verdad cree, Velásquez, que los liberales no distinguen entre quichés, cackchiqueles, mames, tzutuhiles, y otros, así como entre chinos, europeos, africanos y otros? Lo que si es cierto, es que para los liberales, no importa si no es quiché, hawaiiano, o de Zacapa, lo cierto es que todos, todos, todos, sin distinción étnica tenemos los mismos derechos individuales y debemos ser iguales ante la ley. E igual cosa pasa con el género, con la preferencia religiosa, o con el grupo social con el que se tengan cosas en común.

Otras filosofías sostienen que los derechos no deben ser los mismos para todos, y que la ley debe distinguir entre étnias, géneros, religiones, clases sociales y otras formas de separar y dividir a los individuos en grupos. ¡Pero esas filosofías, no son las de la libertad! Seguro que Velásquez sí sabe qué filosofías son estas, pero para muestra van dos: el nacionalsocialismo y el socialismo científico.

Como dicen en las ferias: Que no le digan, que no le cuenten, porque a lo mejor le mienten. Con el mayor de los respetos, le solicito a los columnistas de formación marxista que hagan un esfuerzo por discutir ideas con la profundidad que merecen. Así, todos disfrutaríamos más de las discusiones.

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  1. Carlos Omar Fajardo Salguero

    Estimado Luis: Muy buen artìculo. Evidente es que no voy a discutir en este espacio si la historia es la historia de la lucha de clases o no. No es el medio de discusiòn ni argumentaciòn. Lo que quiero señalar es que el marxismo como mètodo de anàlisis si sabe distinguir entre las distintas categorìas en que se puede dividir los llamados "liberales". En el artìculo de Velasquez, pienso que se resume los puntos comunes en que liberales y coservadores (tanto politicos, morales y econòmicos) confluyen. En realidad, no es que los liberales sean diferentes a los conservadores, lo que pasa es que los conservadores eran ANTES liberales, pero ante el avance de la historia han tomado la desiciòn de volverse REACCIONARIOS ante los cambios. Por ejemplo, la burguesìa francesa era liberal (revolucionaria) en el momento de la Revoluciòn Francesa de 1789, pero para la Revoluciòn de 1848 la burguesìa francesa era francamente conservadora (no al sufragio universal, no a servicios sociales, bajos impuestos, no organizaciòn sindical, etc). Evidentemente entre los libertarios existen diferencias (anarcocapitalistas, sinarquistas, minarquistas) que el marxismo entiende y muy bien por cierto.Sobre la cuestiòn ètnica no vale la pena discutir; hay liberales que aceptan la distinciòn entre ladinos, indìgenas, etc., y otros no. Con lo que no estoy de acuerdo es que diga que hay filosofìas que separan o clasifican a la gente, como el marxismo, y eso no es cierto. Lo que el marxismo señala que existen diferenciasd entre los hombres debido al lugar que ocupan en el sistema de producciòn; hay otras diferencias que aparecen a lo largo de la historia (religìon, cultura, etc) pero al final, es una diferencia de la posiciòn que ocupa cada quien en el modo de producciòn. Eso no lo inventò Marx, es una realidad objetiva.Y por favor, no compare el socialismo cientìfico con el fascismo alemàn, ya que los marxistas somos acèrrimos enemigos de los fascistas. Recuerde que muchos empresarios alemanes y de EUA (Ford, GM)hacìan negocios con Hitler, a pesar de su polìtica racial contra los judios, y nunca protestaron.Don Armando de La Torre hace la distinciòn entre los que estudian en la Marroquìn y los de la San Carlos y su posterior desenvolvimiento en el trabajo ¿acaso eso no es una divisiòn? por otra parte ¿es justo endilgar la opiniòn de A. De la Torre a todos los liberales? Por favor, la realidad es màs simple y al mismo tiempo màs compleja.Saludos.

  2. Edgar Madariaga

    Hola Luisfi, ¿cuando Mises habla de un estado fuerte, a que se refiere? quisiera saber a que significa ya que muchas personas pueden confundir un estado fuerte con uno de dimensiones enormes, que se ocupe de muchas otras cosassaludos

  3. Estimado Edgar: Fuerte no es igual a grande. Fuerte se refiere a capaz de llevar a cabo bien sus funciones propias (seguridad y justicia); grande se refiere a llevar a cabo muuuuuuuuuuuuuchas funciones (manejar ferrocarriles, líneas aéreas y otras formas de transporte, fomentar los deportes y las artes, obsequiar cosas, controlar la educación y la salud, controlar el comercio, controlar las telecomunicaciones y la producción de agua y de energía eléctrica, subsidiar viviendas, por ejemplo). Saludos

  4. Estimado don Carlos: Una verdad objetiva es que los nacionalsocialistas dividen a la gente por su raza (arios y no arios) y los socialistas científicos lo hacen por su clase social (burgueses y proletarios). Y otra verdad objetiva es que ambos tienen sus raíces filosóficas en Platón. Entre 1848 y 1789 hay más de una generación de distancia; y como usted usa una metodología colectivista puede suponer que "los liberales" se volvieron "conservadores"; pero eso no tiene sentido porque no estamos hablando de los mismos individuos. No son "la meme chose", ya que "estamos en Francia".Por favor, explíqueme cómo es eso de que hay personas que no reconocen las distinciones biológicas y culturales entre ladinos e indígenas. Me dejó intrigado con eso.Finalmente, De La Torre está equivocado porque, igual que usted, hizo una aproximación colectivista.Saludos

  5. Carlos Aguilar

    Al caballero marxista le recomiendo que lea un libro de Jonah Goldberg que se llama "Liberal Fascism." En él se explica en gran detalle y con lujo de referencias los vínculos históricos entre el Nazismo, el fascismo y el comunismo. Todas ideologías basadas en la subordinación del individuo al Estado. Allí aprenderá, por ejemplo, que Mussolini mantuvo convicciones socialistas hasta el día en que lo mataron, y que el programa de gobierno Nazi no era simplemente exterminar judíos, sino una exhaustiva lista de predilecciones izquierdistas como incrementar salarios mínimos y erradicar la "especulación."Lamentablemente el título de este libro es un ejemplo más de la mutación terrible de términos que nos ha llevado a la presente confusión. En los Estados Unidos, "liberal" es casi exactamente lo contrario a lo que significaba hace un siglo y lo que hoy significa en Guatemala. Por eso ahora a un liberal en los Estados Unidos es casi un peyorativo, y a los liberales reales les dicen "libertarian."Basta con aclarar que, más allá de estos extravíos semánticos, el liberalismo siempre ha defendido las mismas ideas, independientemente del "paso de la historia", las clases y el materialismo que obsesionan a los marxistas. La idea es, sencillamente, que el individuo es el juez último de sus fines y que en tanto no viole los derechos de los demás, su propia conciencia debe ser el único gobernante de sus acciones.Esto no puede ser conservador en Guatemala si por conservador se entiende un defensor del status quo. Guatemala es un país sin estado de derecho, sin libertad, donde los derechos individuales se pisotean todos los días y en todas partes. Por lo tanto, es absurdo afirmar que quienes son los principales promotores del cambio (por ejemplo, a través de Proreforma) son conservadores.

  6. Carlos Omar Fajardo Salguero

    Estimado Luis: En respuesta a su pregunta, ("explíqueme cómo es eso de que hay personas que no reconocen las distinciones biológicas y culturales entre ladinos e indígenas") no quise decir que haya diferencia biològica entre un ladino, un criollo y un indìgena, pues todos tienen los genes del homo sapiens-sapiens y sòlo se diferencian en el fenotipo, como un chino, un negro o un sueco. Lo que quise decir es que hay ciertas diferencias culturales que hay que respetar y que hay liberales que aceptan o no la distinciòn y los aspectos polìticos que esto implica. Espero haber aclarado este punto. Ahora bien, sobre la comparaciòn entre nacionalsocialismo y socialismo cientìfico, pienso que es un poco maniquea su interpretaciòn, ya que los nazis no pueden comprobar genèticamente que un "ario" sea de diferente raza o especie que un "judio", mientras que el marxismo no señala una diferencia de similar tipo entre proletarios y burgueses. Señala simplemente que, una persona o personas (empresario, capitalista, dueño de la finca) vive del trabajo de otras personas que trabajan para èl (proletario, obrero, trabajador).Tambien en los textos marxistas se señala que un obrero o trabajador puede llegar a ser burguès en base a su esfuerzo, capacidad, suerte, conectes, etc. O sea, el marxismo como mètodo de anàlisis de la realidad intenta categorizar a los hombres en base a su posiciòn en el modo de producciôn. Usted tambièn categoriza a "los liberales" en "objetivistas, libertarios" y a los "mercantilistas" etc., y yo entiendo perfectamente las diferencias entre dichas categorìas. Pero en ningùn momento señala usted que sea una divisiòn o categorizaciòn natural, ya que todas las categorizaciones creadas por el hombre son artificiales hasta que demuestran la capacidad de reflejar la realidad objetiva. Por ejemplo, y espero no cansarlo, yo acepto su distinciòn entre liberales clàsicos, neoliberales, mercantilistas, objetivistas, etc., porque he leido textos de Hayek, Mises, Friedman, Rand, Rothbard, Sewell, Ayau, y acepto que la categorizaciòn refleja la realidad del pensamiento liberal; acepto ademàs la categorizaciòn que hace Marx y textos asociados de dividir a los hombres en base a su posiciòn en el modo de producciòn. Si usted no la acepta, entonces (por ejemplo) me dirà que un trabajador puede despedir a su empleador porque en la realidad no existe la separaciòn o diferencia entre empleador y trabajador… y asì por el estilo, que no alcanzarìa el espacìo en este momento. Ahora bien, los nazis pueden categorizar a los hombres como "arios" y "no-arios" pero la realidad indica que dicha categorizaciòn no se justifica en lo absoluto para los fines que ellos pretendìan (superioridad racial, inferioridad natural, como sea que se llame)y su divisiòn tenìa propositos espurios. Si los nazis categorizaban ¿serìa justo compararlo a usted con ellos por dividir a los liberales en las divisiones mencionadas? Si usted cree que la divisiòn que hace Marx es artificial y no refleja la realidad, explique en què sentido por favor.Sobre el cambio de liberales a conservadores en un siglo, lo que quise decir es que los intereses de clase de la burguesìa francesa eran diferentes en 1789 y otros diferentes en 1848. Por ejemplo, y es un ejemplo de aquì, la burguesìa cafetalera no tenìa ningùn interès en la educaciòn de las masas indìgenas de las fincas en las dècadas de 1880 a 1900, pero despuès, un siglo despuès, sus intereses comerciales exigen que los trabajadores tengan un nivel superior de instrucciòn para agregar valor al cafè, caña, etc.; posiblemente hace un siglo rechazaran la educaciòn primaria generalizada, hoy en dia es diferente, en cierto grado. Talvèz si dejara a un lado el individualismo metodològico a un lado y analizara las dinàmicas històrico-sociales desde otras perspectivas tendrìa una visiòn màs amplia. Saludos.

  7. impuestosychocolate.com

    LuisFi, totalmente de acuerdo. Es bien molesto que lo etiqueten a uno y hagan un análisis por "grupos". La única manera de ser "seres humanos" es proteger lo único común que cada tiene: esos derechos inherentes como la vida, la propiedad y el derecho a la búsqueda de la propia felicidad. La semántica hace cosas horribles. "Ser" burgués o proletario tiene el verbo equivocado, pues la etiqueta muestra un "estado temporal", no una determinación permanente. Si eso fuera así, todos seríamos cavernícolas. Las "sutilezas" entre las fundamentaciones de la libertad ayudan o perjudican a defender los derechos inherentes, según la filtración de filosofías equivocadas metodológica, axiológica, sociológica o políticamente. Se pierde de vista que cuando se propone un sistema que no defiende al individuo -sin importar su "posición en los medios de producción" -como dice Fajardo-, religión, raza, estatura, poder político- lo único que se logra es el sometimiento de unos (los que ganan) sobre los otros (los que pierden). Gracias por la aclaración, porque yo recibo un montón de carotas cuando digo que soy libertario, católico practicante y evolucionista "jurídico", más creacionista religioso. ¿Qué tal el chirmol? Mario E.

  8. Estimado don Carlos: Hannah Adendt explicó que "a lo que aspiran las ideologías totalitarias no es a transformar el mundo exterior o a transmutar revolucionariamente la sociedad, sino a transformar la propia naturaleza humana". En eso se parecen los nacionalsocialistas y los socialistas científicos. Los nacionalsocialistas querían imponer la raza aria y hacer un mundo a su medida, y los socialistas científicos querían imponer al proletariado y luego hacer un mundo a su medida. Yo digo que en eso se parecen un montón ambas filosofías y "praxis". Las divisiones entre escuelas de pensamiento -en el estudio de las ciencias sociales- no tiene nada que ver con lo que pretendían aquellas corrientes; es sólo un recursos metodológico para entender la realidad. Cuando entendemos que hay leninistas y trotskistas; así como liberales clásicos y liberales racionalistas, no construimos el Gulag, ni Auschwitz, ni Laogai. Sólo entendemos corrientes de pensamiento. No se aplica su comparación. Saludos

  9. Carlos Omar Fajardo Salguero

    Estimado Luis: Interesante nota de Arendt. Por cierto, venden un libro de ella, "Eichmann en Jerusalem" por si le interesa. Sobre la similitud entre nazis y comunistas por la transformación del ser humano puedo responderle: Si y No al mismo tiempo, pues los nazis aspiraban a un mundo donde la raza superior gobernara, a partir de la supuesta diferencia entre los "arios" y los demás, diferencia que no existe en la realidad. Los nazis y los comunistas se parecen en una cosa: quieren transformar la sociedad para que sus potenciales lleguen al máximo, sólo que los nazis están profundamente equivocados al equiparar el potencial de la humanidad con la raza "elegida". El socialismo científico postula que, a partir de la lucha de la clases y las contradicciones inherentes al sistema capitalista, la sociedad y la humanidad en unidad evolucionará hacia un estadio de naturaleza superior, el comunismo. (Es de esperar que le parezca risible, pero igualmente risible me parece el postulado liberal de "crear una sociedad de hombres libres y responsables", postulado que algún dia podemos discutir con más espacio). Y sí, esperamos que al dar más educación, empleo, resolver las carencias materiales de la sociedad y de la humanidad en su conjunto, aparezca el Hombre Nuevo. Hay muchos aspectos a favor, uno en especial que usted (espero) no puede negar: la humanidad poco a poco ha ido evolucionando y seguirá evolucionando. Según yo, hacia el comunismo; según usted, hacia una sociedad de hombres libres y responsables (liberal y capitalista)…Haciendo a un lado el lenguaje utópico, yo le pregunto ¿existen o no diferencias entre trabajador y empleador, proletario y burgués (dueño de los medios de producción?Saludos.

  10. Carlos Aguilar

    La clasificación marxista es inútil en el mundo moderno. No sé realmente si alguna vez fue útil, porque hasta en el siglo XIX cuando era fácil distinguir entre dueños de fábrica y sus trabajadores, los intereses y porvenir de ambos no siempre eran explicados por su relativa situación material. La negación del poder de las ideas siempre fue un punto débil del marxismo.Pero si en ese entonces el marxismo era una teoría con hoyos, ahora está completamente refutada. Los trabajadores en los Estados Unidos son al mismo tiempo capitalistas gracias a sus inversiones 401k. En Chile todos los trabajadores son al mismo tiempo dueños de los medios de producción a través de los Fondos de Pensiones. Cual lucha de clases? El interés económico de los "dueños" es el mismo que el de los "proletarios."¿Qué poder explicativo tiene la primitiva dicotomía marxista en estos casos?

  11. Carlos Omar Fajardo Salguero

    Con el permiso de Luis Figueroa para responder al bloggero Carlos Aguilar:No hay suficiente espacio para explicar que tanto poder le da Marx y Engels a las ideas a lo largo de su extensa bibliografía. Tampoco voy a discutir sobre si las categorizaciones que realiza el marxismo (y no solamente Marx, sino todos los marxistas que utilizan su método de análisis), ya que en política y en ciencias sociales (al contrario de la medicina u otras ciencias puras) cada investigador o pensador intenta analizar la realidad a partir de ciertas categorías y reglas que puedan ser aceptadas o no por todos los demás pensadores según su concepción de la realidad, su ideología, etc.;por ejemplo, Don Luis Figueroa analiza la realidad social en base (supongo) al individualismo metodológico de Mises y Hayek ("La Acción Humana"), algo que yo no comparto; al igual que no comparto la filosofía de Rand. Lo que determina la utilidad o no de una concepción es la capacidad de explicar la realidad de la manera más fiel y su capacidad de modificar la realidad a partir de esta. Ergo, Carlos Aguilar puede decir que el marxismo es inutil y en realidad no importa, ya que según su concepción el marxismo no explica la realidad de la manera que el la percibe, y está en su derecho de pensar así.En donde quiero discrepar es la percepción sobre trabajadores y propietarios que menciona. En EUA hay cerca de 25 a 30 millones de desempleados (según la fuente consultada)que no pueden coinsiderar indigentes, vagos, etc., sino personas que tienen capacidad de trabajar. No sé cuantas tienes el 401 K, pero lo que si sé es que no tienen empleo porque su empresa quebró o bien su empleador los despidió porque la empresa no tenía la capacidad de mantener su contrato. Están desempleados y, talvéz, sus inversiones via 401 k les permiten sobrevivir mientras consiguen otro trabajo. Es como el trabajador que está en la oficina hasta las 4 pero al regresar a su casa abre su tienda de 6 a 8 de la noche. Ambos casos no hacen ni al primero inversionista ni al segundo un "empresario" de la magnitud de Wal Mart o Carlos Paiz. Si el de la tienda pierde su trabajo, posiblemente no pueda vivir sólo con la de la tienda. Sobre los chilenos, eterno ejemplo del paraiso neoliberal, el que tengan fondos de pensiones no implica que no puedan ser despedidos de su trabajo por alguna razón, justificada o no; el poseer acciones de la empresa donde trabaja no los exime que los puedan despedir. Si tuvieran suficientes acciones de la empresa para vivir de las mismas, ¿para qué trabajar?Ahora bien, fijandonos en la realidad guatemalteca, ¿o sea que según el análisis de Aguilar no hay diferencia alguna entre el obrero maquilador que entra a las 7 y sale a la 4 pm y el dueño de la maquila?¿No hay diferencia entre la mesera y el cocinero de Pollo Campero y Dionisio Gutierrez?Evidentemente, tanto el obrero maquilador y la mesera y cocinero de Pollo Campero quieren dejar de ser pobres, tener medios de consumo, casa, carro, etc., y en eso son iguales al dueño de la Maquila y Pollo Campero, pero hasta alli. Unos y otros se diferencian por la propiedad de la fábrica/Pollo Campero y por sus salarios.El análisis de Carlos Aguilar es poco rigoroso y pobre en general.Saludos.

  12. impuestosychocolate.com

    El eterno error del relativismo moral y análisis "estático" de la realidad. Confundir igualdad de derecho, igualdad de dignidad con igualdad de resultados e igualdad de circunstancias. Más de eso, no sigo, pues es imposible hacer comprender a alguien su error si no puede ver la realidad por los lentes que utiliza… Basta comprender que la familia Gutiérrez, por ejemplo, empezaron su "empresa" en Totonicapán, sin un sólo centavo… si seguimos el análisis marxista, deberían de seguir allí pues su "estructura" o su "clase" era "proletaria" y eso los determina en su situación y futuro… y en todo caso, hubieran sido URNG… Ya simplemente es fuera de la razón querer sostener que a mi como persona, como ser humano, me hace y soy la "clase social" o "mi situación respecto a los medios de producción". A mí como persona me define mi integridad, mi capacidad de "romper" los moldes; mi posibilidad de moldear mi futuro… pero eso los marxistas en la vida lo entenderán y por ello no lograrán ver los errores morales de sus argumentos, el sometimiento político al que sujetan a los ciudadanos cuando dicho modelo se utiliza.Saludos LuisFi!