Hoy se celebra, en Guatemala, La Revolución que comenzó el 20 de octubre de 1944 cuando un movimiento cívico-militar de amplio espectro destituyó al ancien régime e introdujo al país al Siglo XX. La Revolución, sin embargo, fue asaltada primero por el socialismo espiritual de Juan José Arévalo; y luego -pasando por el asesinato del candidato de oposición, Francisco Javier Arana- por los comunistas que rodeaban a Jacobo Arbenz. Hoy, Alvaro San Nicolás Colom y Sandra Evita Torres -que le coquetean a Fidel Castro (aunque los ningunee) y a Hugo Chávez- buscan desesperadamente posicionarse como el Tercer gobierno de La Revolución.
Al período revolucionario, los socialistas en muchas de sus variantes gustan llamarlo La Primavera de Guatemala; apodo que le queda muy grande, como chaqueta de don Lulo, porque La Primavera estuvo plagada de hechos espeluznantes que, como el asesinato de Arana, no aparecen en los panegíricos oficialistas. El mismísimo Juan José Arévalo en Carta política al pueblo de Guatemala con motivo de haber aceptado la candidatura y otros escritos, expuso que, en el gobierno de Arbenz, la policía fue obligada a practicar torturas repugnantes y a cometer crímenes contra la vida de los adversarios políticos. En ese mismo documento, Arévalo habla de millones de dólares depositados en bancos de Suiza a nombre de personas particulares, habla de pérdida de contacto con el pueblo, y habla de amigos palaciegos que no ejercían función alguna en la administración, todo ello durante la administración de Jacobo Arbenz.
La Historia rosa de La Revolución hunde en el silencio los asesinatos, las torturas, las vejaciones y las persecusiones a las que fueron sometidos los que no estaban de acuerdo con el rumbo que había tomado la gesta cívica que había acabado con el antiguo régimen. Centenas de personas murieron, o fueron electrocutadas, colgadas, apaleadas y sometidas a diferentes formas de tortura, en las ergástulas que dirigían personajes como Jaime Rosenberg y Rogelio Cruz Wer, al servicio de La Revolución y de sus dirigentes.
El arevalismo utilizaba grupos de choque, llamados Chiquilines, para disolver manifestaciones opositoras e intimidar a la oposición.
De el libro Genocidio sobre Guatemala, esta es una lista de algunas de las víctimas olvidadas de La Primavera chapina; efemérides que la administración socialdemócrata y algunos sectores de la exguerrilla celebran costa de los tributarios, y pomposamente.
La Revolución les ponía impuestos a los radios. El Imparcial del 1 de agosto de 1945 anuncia que 20 de agosto, plazo último para inscribir radiorreceptores. Esto es porque conforme a un acuerdo gubernativo del 28 de junio, el gobierno revolucionario se reservaba el derecho de verificar en domicilios y en vehículos si la gente había pagado los Q.0.25 mensuales de impuesto por cada radio que hubiera en casas y automóviles. En caso de renuencia, las autoridades procederían a sellar adecuadamente los aparatos radiorreceptores. El Imparcial del 10 de diciembre de 1953 publica el siguiente titular; Multas a propietarios de barberías. ¿Sabe, usted, por qué?La Revolución le ponía multas a aquellos establecimientos que abran al público los días domingos; pero los peluqueros argumentan que en los días inhábiles es mayor la afluencia de clientes que requieren sus servicios.
Durante La Revolución, que algunos celebran hoy, se impuso una Ley Mordaza; misma que le dio origen a la Asociación de Periodistas de Guatemala, que nació para defender la libertad de expresión.
Si fuera cierto aquello de que por sus frutos los conoceréis; lo que hoy se celebra es la dictadura. Una dictadura que no llegó a consolidarse pero que costó vidas humanas. Una dictadura por la que algunos suspiran…
La foto es del libro Genocidio sobre Guatemala. Por cierto que el término genocidio es usado de forma muy laxa, en referencia a asesinatos masivos, o a masacres; pero eso no corresponde a la tipificación de ese delito ni a su característica esencial que es la intencion de exterminar a un grupo étnico, o religioso, por ejemplo.
A Guillermo y al Reportero, gracias por su visita. No puse sus comentarios porque en este espacio no publico anónimos. Ojalá se animen a volver y a identificarse. Saludos
Luis, primero comento que mi papa en el 44 era estudiante de uno de los institutos militarizados de la época y me contaba le tocó combatir contra el Castillo de San José; dicho esto mi opinión es que la mal llamada revolución ha sido quizás lo más nefasto que ha pasado a Guatemala; no porque lo que estaba fuera mejor sino por sus legados; la autonomía de la USAC, el sindicalismo, el igss, el código de trabajo y otros instrumentos que muchos ven como un "avance" pero que en el tiempo se han constituido en cargas para el país.Guillermo Galindo
Agudo su comentario, Anónimo; pero no me lo trago porque no es lo mismo que yo firme como Luis Figueroa, a que lo haga con un nick.
Anónimo, gracias por su nuevo comentario. Tiene usted razón en cuanto al libro citado; y precisamente por eso es que es valioso ya que presenta un punto de vista que complementa la visión parcializada que nos ofrece la Historia rosa. Saludos y ojalá se anime a hacerse responsable de sus comentarios, sería de mucha utilidad para los lectores de este espacio.
¿Y que pasó, el reportero chispudo no puso su nombre al final? ijolesJaja bueno, cualquiera que haya vivido en este mundo por mas de diez años sabe que ningún régimen es perfecto. Y éste, según lo que nos cuentas, fue menos que perfecto. Lo malo es que, de acuerdo a lo que he leído hasta ahora en historia y demás, el siguiente gobierno fue mucho peor.Con esta info que nos das, concluyo entonces que para mejorar un país, una deposición violenta nunca es buena. Nunca. Es mejor ir reformando poco a poco la patria, porque si entras con una retroexcavadora a demoler gobiernos a diestra y siniestra se pierde cualquier avance hecho. Que, dicho sea de paso, aunque ningún gobierno es completamente bueno tampoco es completamente malo. Siempre habrá personas buenas en él que se las arreglen para poner su granito de arena.
Me parece ridículo y a la vez chistoso que todos los comentarios de la gente que no está de acuerdo con este artículo sean borrados.RIDÍCULO
Por cierto, no soy anónimo.Mi nombre es Diego Emilio Contreras Arriola y soy guatemalteco.Me puede escribir a svymjs@yahoo.com por cualquier duda.Ojalá que respete mi libertad de expresión.
Alabados sean Castillo Armas y Eisenhower, que nos permitieron regresar a esa epoca en la que seguimos viviendo. Haciendo añicos nuestra primavera democratica. Lo curioso de este espacio donde se "respeta la libertad de expresion" es que por lo visto eso es lo que menos se aplica ¡hahaha!Lastima que se osa comparar a tan ilustres presidntes con tremndos monigotes como Chavez, Colom y Castro.
Pues obviamente no respeta la libertad de expresion, al borrar tantos comentarios. es lamentable que usted tenga una idea equivocada de la revolucion de Octubre y peor aun que este haciendo propaganda tratando de convencer. Usted debe ser alguien sin educacion, o educacion tecnica no mas. Y es que honestamente no se puede hablar de la revolucion como usted lo ha hecho… sin ser alguien de intereses particulares e individuales. Si realmente quiere ayudar a la Sociedad pongase a leer la historia socio economica y politica. Pero antes Adquiera un poco de compasion.. este es el recurso principal para estar bien encaminado.
Hola Anónimo. Es que este es un espacio privado de uso público, y las reglas de participación las pongo yo. Porque soy el propietario del espacio. Las reglas no son muchas:1. Como la libertad y la responsabilidad son dos caras de la misma moneda, para poder usar este espacio hay que identificarse. No acepto anónimos. Y hoy publiqué el suyo sólo para recordarles a los lectores este punto importante.2. No se vale insultar, ni faltarles el respeto a las personas a las que valoro. Ni siquiera si el que lo hace se identifica plenamente. Ya ve…cuando usted y los otros se identifiquen, y se hagan responables de sus opiniones, serán bienvenidos. Si no, pues pueden ejercer su libertad de expresión en otros espacios. Saludos
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